Una feria comercial para todo, desde la canela de Sri Lanka hasta los automóviles de Estados Unidos.

Entender las intenciones de Donald Trump ha abrumado a China desde que este tomó posesión, y continuó esta semana cuando el presidente estadounidense hizo comentarios que podrían significar un gran recrudecimiento de la guerra comercial de estos dos países o, bien, que está cerca una solución. “Creo que haremos un gran acuerdo con China”, comentó a Fox News en una entrevista. Pero, añadió, si las conversaciones se arruinan, Estados Unidos impondrá aranceles a todos los productos de China. Después de haber impuesto aranceles a las importaciones chinas por un valor de 250.000 millones de dólares anuales, Estados Unidos podría hacer lo mismo a los 267.000 millones de dólares restantes.

La reunión bilateral más adelante en este mes entre Trump y Xi Jiping, el presidente de China, en la cumbre del G20 en Buenos Aires determinará qué resultado es el más probable. Sin embargo, en primer lugar, Xi impulsará el caso de China en la corte de la opinión internacional. El 5 de noviembre inaugurará en Shanghai una enorme feria de comercio diseñada para demostrarle al mundo que la prosperidad de China les beneficia a todos.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Las ferias de comercio chinas se han concentrado tradicionalmente en ayudar a sus exportadores a atraer clientes extranjeros. En cambio, la Expo Internacional de Importaciones China buscará ayudar a las empresas extranjeras a atraer a los consumidores chinos. Xi, así como innumerables funcionarios y líderes empresariales chinos, revelará que China no busca un superávit comercial.

Sin embargo, también destacará algunas de las tensiones provocadas por la guerra comercial. La queja principal del gobierno estadounidense (Trump aparte) no es que China tenga un superávit comercial, sino que discrimine a las empresas extranjeras, presionándolas, por ejemplo, a ceder tecnología a cambio de entrar a su mercado. Aunque muchos países están enviando delegaciones oficiales y montando pabellones de su país, el gobierno estadounidense brillará por su ausencia. Sus funcionarios dijeron en privado que la feria comercial no tendrá mucha utilidad, y que no desean formar parte de la propaganda china.

Al menos públicamente, las empresas extranjeras son más entusiastas. Con la esperanza de apartar a sus empresas de las hostilidades comerciales, asistirá un gran contingente de empresarios estadounidenses. En total, asistirán unas 2.800 empresas de más de 130 países. Habrá importantes fabricantes de automóviles (BMW, Ford y Toyota), grupos de la industria alimentaria (Nestlé, Unilever y Cargill), empresas de dispositivos electrónicos (Samsung, Sony y Qualcomm) y más. Puesto que China no ha ofrecido muchos espacios de exhibición a los países en desarrollo, junto a las empresas multinacionales habrá comerciantes de especias de Etiopía, productores de fruta de Laos y fabricantes de sombreros de Ecuador.

La cobertura en los medios de comunicación chinos significa que la expo ofrecerá al menos una excelente oportunidad de mercadotecnia. Además, quizás algunas empresas extranjeras establezcan vínculos valiosos: los organizadores calculan que asistirán más de 150.000 compradores, principalmente chinos. No se necesitarían muchos acuerdos chinos para captar las fortunas de, digamos, un productor de canela de Sri Lanka.

No obstante, en privado, muchas empresas más grandes están refunfuñando. Hace mucho tiempo, la economía china creció lo suficiente como para que las ferias comerciales se dirigieran a industrias específicas para que no se volvieran inmanejables, pero esta expo abarca todo, desde la investigación biomédica hasta los muebles. Ni siquiera la atención a las importaciones es tan específica como se ha anunciado: actualmente, la mayor parte de las ferias comerciales de China promueven las importaciones junto con las exportaciones. El evento anual más grande, conocido comúnmente como la Feria del Cantón, cambió su nombre en el 2007 a Feria de Importaciones y Exportaciones de China. Las empresas también se quejan de sentirse presionadas políticamente para asistir. Uno de los participantes dice que quizá no nos beneficie mucho, pero quedarse fuera atraería una atención no deseada.

Inevitablemente habrá un torrente de elogios para la expo procedentes de las empresas que están ansiosas por complacer a China. Esto debe tratarse con cautela. Se les ha solicitado a las empresas que anuncien grandes acuerdos durante esos seis días. Un diplomático europeo dice que el ministerio de comercio se comunicó con él hace seis meses para que alentara a las empresas de su país a volver a anunciar acuerdos de ventas recientes o a presentar acuerdos futuros. El objetivo es poder divulgar un enorme impulso a las importaciones cuando esta termine.

Los detractores perdonarían estas tretas publicitarias si China también aprovechara la oportunidad para hacer frente a agravios más importantes. Los asesores del gobierno han dicho que algo bueno saldría del discurso de Xi ayer, 5 de noviembre. Una posibilidad es el recorte más abrupto a los aranceles; por ejemplo, los aranceles a los autos importados fueron recortados al 25 por ciento este año, pero aún son altos de acuerdo con los niveles globales. O tal vez se anuncien nuevas protecciones para la propiedad intelectual extranjera. Carlo D’Andrea, de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, señala que para que la expo pueda considerarse un éxito, debe ser más que una feria.

Sin embargo, la mayor virtud de la expo es su valor simbólico. El crecimiento de las importaciones chinas es una tendencia a largo plazo. En el año 2000, China era el octavo país importador más grande del mundo y representaba cerca del tres por ciento de las importaciones globales. El año pasado, fue el segundo más grande, solo detrás de Estados Unidos, y su participación ha aumentado más allá del diez por ciento. Durante gran parte de las últimas tres décadas, la promoción de las exportaciones fue un tema central de la estrategia económica de China. Al promover la expo, Xi está demostrando que el gobierno no solo da la bienvenida a la transformación de China en un superpoder importador, sino que quiere acelerarla.

Dejanos tu comentario