¿Podrá llenar el vacío que dejan los productores más pequeños?

Es inherente a quienes comercian con petróleo no amilanarse, pero incluso para ellos octubre ha sido un mes desorientador. El 3 de octubre el precio del crudo Brent alcanzó los 86 dólares por barril, el más alto en cuatro años. El 23 de octubre bajó a 76 dólares, con la noticia de que la demanda podría disminuir, las reservas aumentar y la producción crecer. Al centro de todo esto está Arabia Saudita, la nación petrolera más poderosa del mundo. Khalid al Falih, el ministro del petróleo de ese país, dijo el 23 de octubre que el reino estaba preparado “para satisfacer cualquier demanda que se materialice”. Sin embargo, esa no es una tarea sencilla.

Las exportaciones provenientes de Irán se han desplomado y bajarán más después del 4 de noviembre, cuando entren en vigor nuevas sanciones por parte de Estados Unidos. Aun cuando la producción de crudo estadounidense se ha disparado, el presidente Donald Trump ha exigido que la Organización de Países Exportadores de Petróleo impulse precios más bajos a la producción. Arabia Saudita parece ansiosa por satisfacerlo, tanto porque apoya las sanciones como por el enojo ante el asesinato de Jamal Khashoggi, un periodista, en el consulado saudita en Estambul. Sin embargo, las ganancias de producir más son inciertas. Tanto la OPEP como la Agencia para la Energía Nuclear han recortado sus pronósticos sobre la demanda de petróleo en el 2019.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Incluso si Arabia Saudita quiere llenar el hueco dejado por Irán, no está claro que pueda hacerlo. Eso se debe en parte a que la producción saudí ya es muy alta. Mientras las exportaciones iraníes han caído desde mayo, cuando Trump anunció las sanciones, las exportaciones provenientes de Arabia Saudita han remontado. El reino está produciendo más de 10,5 millones de barriles de petróleo al día; los funcionarios sostienen tener la capacidad de producir cerca de doce millones. “Pueden alcanzar alrededor de once millones de barriles con relativa facilidad”, explica Neil Atkinson, jefe de mercados petroleros en la Agencia para la Energía Nuclear. Los analistas debaten qué tan rápido –e incluso si– puede escalar el país hasta los doce millones de barriles por día. “Realmente nunca han demostrado que puedan hacerlo”, dice Ehsan Khoman, de MUFG, un banco.

También es posible que Arabia Saudita sea incapaz de contrarrestar la debilidad de naciones petroleras más pequeñas, donde el suministro podría caer inesperadamente. En los últimos seis meses, Nigeria, Libia y Venezuela han ayudado a compensar las menguantes exportaciones iraníes. Sin embargo, constituyen un trío volátil.

La violencia y la agitación política hacen que la producción en Nigeria y Libia tienda a presentar importantes oscilaciones. La situación es incluso más extrema en Venezuela, donde debido a la tormenta política, la producción es de cerca de la mitad de la de principios del 2016. Aun así, Venezuela produjo 1,2 millones de barriles por día en septiembre. De hecho, las exportaciones aumentaron en 250.000 barriles más por día entre abril y septiembre, de acuerdo con Bernstein, una agencia de investigación, el equivalente a más de la mitad del aumento en las exportaciones sauditas durante ese período. Es muy posible que la producción venezolana caiga más.

El resultado podrían ser oscilaciones más drásticas en el mercado, con la producción petrolera saudita puesta a prueba. “Es la primera vez en la historia moderna que los países han enfrentado tantas restricciones al mismo tiempo”, señala Atkinson, de la Agencia para la Energía Nuclear. Mucho depende de qué tanto se hundan las exportaciones iraníes, pues algunos países están presionando para que haya una exención a las sanciones. Falih sigue confiado en que Arabia Saudita pueda ayudar a proporcionar estabilidad. Sin embargo, conforme aumenta la producción, la capacidad de las reservas podría alcanzar una baja histórica para finales de año. “Mientras más producen, menos queda en el tanque para cualquier interrupción del suministro”, dice Khoman. Así que alístense para un camino con baches.

Dejanos tu comentario