El verdadero ganador en las elecciones legislativas y locales no estaba en la boleta. Algunos votantes pintarrajearon, rayaron o garabatearon sus boletas. Los más listos tacharon letras de las instrucciones sobre cómo votar para crear groserías. Fotos de su trabajo aparecieron en Twitter el 4 de marzo, cuando los salvadoreños votaron en elecciones municipales y legislativas. Uno de cada diez electores anuló su boleta o la dejó en blanco. En un país donde votar es obligatorio, una cifra récord del 58% de la población se quedó en casa.

El partido de oposición de derecha, Alianza Republicana Nacionalista (Arena), obtuvo una clara delantera en los votos válidos. Ganó nueve de las 14 principales municipalidades, incluyendo la de San Salvador, la capital del país, y 37 de 48 escaños para la asamblea nacional. El presidente de Arena dijo que ese éxito es el preludio de su victoria en las elecciones presidenciales del próximo año.

De hecho, las elecciones mostraron un gran repudio hacia los partidos principales, ambos manchados por la corrupción. El ganador real fue un político que no estaba postulado, no pertenece a ningún partido y animó a los votantes a echar a perder sus boletas: Nayib Bukele, el alcalde saliente de San Salvador. Ahora es el candidato a la presidencia que va a la vanguardia.

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El Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), al que pertenece el presidente Salvador Sánchez Cerén, sufrió su peor derrota desde que dejó de ser una guerrilla hace un cuarto de siglo. Solo ganó dos alcaldías de ciudades grandes y 23 escaños en el Congreso, ocho menos que antes. La noche de la elección un conjunto de tambores se quedó sin usar en un estrado afuera de la sede del FMLN, mientras unas bocinas hacían resonar canciones cuya letra resultaba irónica debido a los eventos de ese día: "Sé que es tarde ya, para pedir perdón".

El FMLN ganó el poder por primera vez en el 2009, cuando prometió una reforma económica, cambios sociales y menos violencia. No ha logrado cumplir nada de esto. Con Mauricio Funes y luego Sánchez Cerén, el PIB ha crecido en promedio menos del dos por ciento anual, la pobreza ha aumentado y El Salvador se ha convertido en el país con más asesinatos del mundo. Funes ha estado en Nicaragua desde el 2016, cuando los fiscales comenzaron a investigarlo por sospechas de enriquecimiento ilícito durante su mandato. Sánchez Cerén casi nunca aparece en público. Se rumora que está enfermo.

Arena tiene sus propios políticos corruptos. El predecesor de Funes, Tony Saca, espera su juicio, acusado de desviar cientos de millones de dólares del gobierno a sus propias cuentas bancarias. La mayoría de los 13 legisladores a los que se investiga por corrupción son o eran de Arena. Once se postularon para la reelección y todos ganaron.

Lo mismo sucedió con el candidato de Arena para alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt. Un miembro de la pandilla MS-13 ha testificado que Muyshondt pagó 69.000 dólares al grupo a cambio de votos para las elecciones presidenciales del 2014, cuando era vicepresidente de Arena. La pandilla tiene familiares y otros vínculos con cerca de un décimo de la población.

La victoria de Muyshondt no fue un triunfo para Arena. Ganó con menos votos de los que obtuvo el candidato a alcalde del partido derrotado en el 2015. El partido también perdió votos en las elecciones legislativas. Solo ganó porque los electores estaban incluso más a disgusto con la izquierda que con la derecha. Ninguno de los partidos más pequeños, que también están plagados de escándalos, ganó una cantidad mayor de votos que la de las boletas en blanco o anuladas.

El único político con razones para celebrar la alta tasa de abstencionismo fue Bukele. Algunos votantes anularon sus boletas garabateando sobre ellas "Nayib 2019". Bukele, un hábil hombre de negocios de 36 años, ha entusiasmado a los votantes de la capital con proyectos para revitalizar los vecindarios pobres, posturas progresistas sobre cuestiones sociales como el matrimonio entre personas del mismo sexo y un uso astuto de las redes sociales. El FMLN lo expulsó en octubre (supuestamente por "agresión verbal" en contra de un empleado de la ciudad, pero quizá porque sus rivales querían deshacerse de él). Creó el Movimiento Nuevas Ideas. Puesto que aún no era un partido, este grupo no presentó candidatos en estas elecciones.

Bukele aspira a convertirse en el primer presidente en tres décadas que no pertenezca a ninguno de los partidos principales. Un día después de las elecciones, publicó un video en Facebook en el que criticaba a los analistas que habían declarado vencedor a Arena. "Están analizando el marcador de un partido en el que la sociedad ya no juega", dijo. Tres días más tarde, el video ya tenía 1,5 millones de visitas. Si las elecciones presidenciales se llevaran a cabo mañana, Bukele ganaría fácilmente, sugieren las encuestas.

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