China admitió la baja efectividad de sus vacunas contra el coronavirus. Un hecho insólito, si consideramos lo ocurrido con la pandemia del COVID-19, que habría aparecido entre noviembre y diciembre del 2019 en la ciudad Wuhan, pero que recién fue dado a conocer en enero del 2020, cuando la misma ya se había diseminado a lo largo del mundo.

El director de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de China, Gao Fu, reconoció que las vacunas chinas “no tienen tasas de protección muy altas”, durante una conferencia realizada el sábado en la ciudad Chengdu. Así, el principal funcionario de control de enfermedades del país admitía la baja efectividad de las mismas y revelaba que el gobierno chino está estudiando mezclarlas para obtener un mejor resultado en la protección que brindan a los inmunizados.

El gobierno chino está estudiando mezclar las vacunas para obtener un mejor resultado en la protección que brindan a los inmunizados. Foto: Archivo

Hasta el momento, la Administración Nacional de Productos Médicos de China aprobó cuatro vacunas producidas en ese país, tras la autorización de la vacuna CoronaVac de Sinovac, la desarrollada por CanSino Biologics y dos de Sinopharm, que junto a su filial China National Biotec Group (CNBG), utiliza la técnica clásica del virus inactivado. A decir de los responsables, las mismas tienen una tasa de eficiencia del 79%. Sin embargo, la realidad es que rondarían el 50%.

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Actualmente, estudia la posibilidad de combinar los biológicos en su territorio o apostar a la inmunización secuencial para aumentar su efectividad. China espera 14 días entre vacunaciones, pero podría aumentar ese tiempo en función a estudios que refieren que la efectividad sería mejor si el intervalo de tiempo entre una dosis y otra es mayor.

Lo mismo hacen investigadores de Inglaterra, que analizan la posibilidad de combinar la vacuna Pfizer-BioNTech -que a decir de la mayoría de los expertos tiene una efectividad del 97%- con el biológico AstraZeneca -que está en el ojo de la tormenta por la serie de efectos adversos o secundarios que genera en menores de 55 años y en personas con patologías de base-, para lograr mejor eficacia.

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¿Cuál es la diferencia entre las vacunas?

La vacuna Pfizer es una de las que tiene mayor efectividad contra el COVID-19 con un 97%. Foto: Archivo

La vacuna más efectiva, la Pfizer, fue elaborada en base al sistema ARN mensajero, un proceso experimental que se usó por primera vez en esta pandemia y que se aplicó en personas sanas. Al contrario, los biológicos chinos emplean un sistema tradicional, que implica recurrir a un virus “muerto” para desencadenar una reacción inmunitaria en una persona.

Atendiendo a ello, Gao señaló que podrían cambiar su estrategia científica y apostar al ARN mensajero; de hecho, China ya tiene vacunas desarrolladas en base a ese sistema. Si bien las mismas se encuentran en la fase de ensayos clínicos, no se precisó ningún plazo de distribución.

El país asiático distribuyó sus vacunas de manera gratuita a 53 países y exportó ciento de millones de las mismas a 20 naciones a nivel mundial, entre ellas Argentina, Bolivia, Brasil, Perú, México, Turquía, Indonesia, Hungría, Turquía. A nivel local, China no utiliza vacunas de origen extranjero, solo las producidas en su territorio, donde, al 2 de abril, ya había inmunizado a 34 millones de personas con las dos dosis de sus biológicos contra el COVID; mientras que otras 65 millones ya recibieron una dosis.

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¿Cuáles se aplicaron en Paraguay?

Personal de blanco de todo el país fue inmunizado con vacunas chinas. Foto: Archivo

El viernes 12 de marzo arribaron a Paraguay 3 mil dosis de la vacuna china Sinopharm, obtenidas en donación mediante una cooperación con los Emiratos Árabes Unidos. Se trata de la primera vacuna china contra el COVID-19 aprobada oficialmente por la Administración Nacional de Productos Médicos de China, en diciembre pasado.

Las mismas se distribuyeron en cuatro regiones sanitarias: Asunción, Central, Itapúa y Alto Paraná, para inmunizar a personal de blanco. Algunos solo recibieron la primera dosis y están a la espera de la segunda.

La Sinopharm es la tercera vacuna contra el COVID-19 que llegó al país, luego de las 4 mil dosis de la vacuna rusa Sputnik V (compradas por el Gobierno) que arribaron el 18 de febrero; y las 20 mil dosis de la vacuna china CoronaVac, donadas por el gobierno chileno, que llegaron el 6 de marzo. Las mismas se utilizaron en personal sanitario.

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