México, México. AFP.

Cuando el agua deja de fluir por el grifo, Aurora Cornejo sale de madrugada en busca de camiones cisterna que pueden tardar horas en abastecerla, aunque las lluvias que azotan Ciudad de México parte del año son ahora una ayuda.

“El agua a veces se va un mes y tenemos que ir a formarnos desde las cuatro, a veces una de la mañana, a donde nos otorgan las pipas (cisternas)”, dice la mujer, de 36 años, a la AFP desde su casa en Iztapalapa, zona periférica de Ciudad de México donde viven 1,8 millones de personas y la falta del líquido es constante.

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Ante el problema, Cornejo decidió sumarse a la “cosecha” de lluvia, un programa impulsado por el gobierno de Ciudad de México y la empresa mexicana Isla Urbana que instala recolectores de precipitación en los hogares a fin de paliar la escasez.

Se trata de una solución al añejo problema de falta de agua en Ciudad de México, una megalópolis en la que abastecer del líquido a más de 20 millones de habitantes es todo un reto.

Para abastecer a la capital mexicana, por décadas se han sobreexplotado los mantos acuíferos, lo que ha provocado que algunas partes de la ciudad –construida sobre la ciénaga de la antigua Tenochtitlán azteca– se hundan hasta 30 cm cada año.

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