La Paz, Bolivia. AFP.

Juana y María lavan la ropa con agua de vertientes en La Paz, Bolivia, donde afirman que esta modalidad ha aumentado desde el racionamiento agudo que sufrieron entre 2016 y 2017. Hoy, los investigadores temen que el cambio climático empeore la situación.

Hace frío y llovizna en el barrio Valle de las Flores, en una ladera este de La Paz, donde viven las dos mujeres. Allí el municipio local construyó hace unos años una lavandería pública que capta agua subterránea.

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Las mujeres no se dejan atemorizar por el clima, mientras frotan y exprimen sus ropas a la intemperie, protegidas por un sombrero de ala ancha.

“Sí, sí, la gente viene más”, dice a la AFP doña Juana, una mujer aymara de pequeña estatura. Su oficio es lavar ropa y por una docena de prendas cobra casi 20 bolivianos, unos 3 dólares.

La afluencia de mujeres a estas lavanderías públicas ha aumentado en los últimos años, ya que el uso del agua es gratuito y abundante.

Aunque aún no hay datos, como estas dos mujeres, muchos comenzaron a ir a estos lugares luego del último racionamiento que provocó que la gente dejara de usar sus sistemas domésticos de distribución de agua, que cuestan un promedio de 2,28 bolivianos (0,32 centavos de dólar) el metro cúbico.

El promedio de consumo diario de agua en Bolivia fluctúa entre los 80 y 100 litros por persona.

Según Gloria Quino, una dirigente del barrio Villa San Antonio, hay más interés entre algunos vecinos por acumular la lluvia en tanques de agua o reciclar de las duchas para los baños, pero aún no es un comportamiento masivo, aclara.

ADAPTARSE A LA ESCASEZ

A pesar de la presencia cercana de nevados andinos, entre noviembre del 2016 y febrero del 2017, parte de las casi 1,6 millones de personas que viven en las ciudades de La Paz y El Alto padeció una aguda escasez de agua por una sequía. El problema se extendió, aunque en menor grado, a otras cinco de las 10 principales ciudades del país y causó entonces escenas de pánico entre la ciudadanía.

Acosados por el cambio climático que ya derritió glaciares cerca de La Paz, la sequía o una mala gestión del agua, en Bolivia algunas comunidades aprendieron a adaptarse ante la escasez del recurso natural vital y otras tendrán que adoptar nuevos hábitos.

GOBIERNO DE EVO HIZO INVERSIONES

Según Sébastien Hardy, representante en Bolivia del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo, hay que hacer más para crear conciencia sobre el uso del agua en la ciudad porque el problema mayor será cuando desaparezcan los glaciares de La Paz. Un estudio de la Unesco del 2018, denominado Atlas de Glaciares y Aguas Andinos, sostiene que “el calentamiento previsto provocaría la pérdida del 95% del ‘permafrost’ (suelo permanente congelado) actual en Bolivia para el 2050 y del 99% para 2099”.

Según un informe de Nature Geoscience, los Andes en su conjunto perdieron 23.000 millones de toneladas de hielo desde el 2000.

El gobierno de Evo Morales realizó fuertes inversiones para construir embalses y canales de agua en los alrededores de La Paz.

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