La locura ha ganado al sector espacial desde que el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, permitió que se filtrara su último proyecto, bautizado Kuiper: 3.236 satélites a 600 kilómetros de altura para inundar la Tierra de internet a alta velocidad.

Ofrecer una red de redes a una velocidad extrema incluso en los desiertos digitales es también el objetivo de la empresa OneWeb, que comenzará este verano boreal en Florida a fabricar dos satélites diarios, para llegar a contar con una constelación de más de 600 que estaría operativa en el 2021. SpaceX, del magnate estadounidense Elon Musk, también es activa en este plano. La sociedad fue autorizada a colocar 12.000 satélites a distintas alturas, la constelación Starlink.

¿Hay espacio para tres, cuatro, cinco operadores de internet en el espacio?

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En las sesiones públicas y los pasillos del gran salón internacional Satellite 2019, que se desarrolla en Washington esta semana, los profesionales del sector dicen que temen que se produzca un enfrentamiento muy costoso. Sobre todo si Jeff Bezos, que creó Amazon, decidiera liquidar a la competencia ofertando precios muy bajos.

“Jeff Bezos es lo suficientemente rico” como para lograr que sus rivales desaparezcan, dijo Matt Desch, director general de Iridium Communications. Iridium sabe de bancarrotas. En los años 1990, la firma lanzó un teléfono satelital, un “ladrillo” que costaba 3.000 dólares y 3 dólares el minuto de comunicaciones.

Tras su declaración de quiebra, la empresa fue relanzada y este año terminó de renovar el conjunto de su constelación: 66 satélites que ofrecen conectividad en todo el planeta a clientes institucionales como barcos, ejércitos o empresas.

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