Tampa, Estados Unidos. AFP.

Una docena de nuevas lunas fuerondescu­biertas alrededor de Júpiter, lo que eleva su número de lunas conocidas a 79, la mayor cantidad entre los planetas de nuestro sis­tema solar, anunciaron astró­nomos.

Una de las nuevas lunas fue descrita como una “verda­dera extravagancia” por el investigador Scott Sheppard, del Carnegie Institution for Science, debido a su pequeño tamaño, de apenas un kiló­metro de diámetro.

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También “tiene una órbita como ninguna otra luna joviana” descubierta y es “probablemente la luna más pequeña conocida de Júpi­ter”, agregó.

A esta rareza le lleva alrede­dor de un año y medio dar la vuelta a Júpiter, y orbita en un ángulo inclinado que hace que se cruce en su camino con un enjambre de lunas que viajan de forma retrógrada, es decir, en la direcciónopuesta a la rota­ción de Júpiter.

“Esta es una situación ines­table”, dijo Sheppard. “Las colisiones frontales podrían desintegrar los objetos rápidamente y reducirlos a polvo”.

La extraña luna, junto con otras dos descubiertas, orbi­tan en el progrado, o sea en la misma dirección que la rota­ción del planeta.

Las lunas internas tardan alrededor de un año en dar la vuelta a Júpiter, mientras que las externas, el doble.

Todas las lunas pueden ser fragmentos que se separaron cuando colisionaron siendo cuerpos cósmicos mayores, dicen los astrónomos, que han propuesto bautizar a la extravagante “Valetudo”, como la bisnieta del dios romanoJúpiter, diosa de la salud y la higiene.

El astrónomo italiano Gali­leo Galilei descubrió las primeras cuatro lunas de Júpiter en 1610. El actual equipo de astrónomos no se había propuesto encon­trar nuevas lunas de Júpi­ter, sino que estaba explo­rando los cielos en busca de planetas más allá de Plutón cuando las lunas se atrave­saron en el camino de su telescopio.

UNA VIDA DE POCO TIEMPO

Según los investigadores, 9 de estas lunas forman parte de un enjambre que gira en sentido contrario a la rota­ción del planeta. Este enjam­bre se organiza en tres gru­pos distintos y se cree que son restos de un satélite más grande que existió y se des­truyó en algún momento. Esta luna tiene una órbita mucho más excéntrica que el resto y se mueve en un plano distinto (aunque atraviesa la de numerosas lunas). Proba­blemente se trata de la luna más pequeña conocida de Júpiter.

Explican los investiga­dores que esta es una situa­ción inestable: más tarde o más temprano, “las colisio­nes frontales, con otros cuer­pos celestes, la reducirán a polvo”. Cuatrocientos años después del descubrimiento de las primeras lunas de Júpi­ter, el gigante gaseoso ya cuenta con 79.

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