Washington, Estados Unidos. AFP.

Si hoy en día es posible cuantificar con pre­cisión cuánto hielo se ha derretido en Groenlan­dia y la Antártida, es gracias a dos satélites lanzados en el 2002 por la NASA y el Centro Alemán de Investigación en Ciencias de la Tierra (GFZ), que ya fueron reemplazados por un par más moderno, informaron los científicos.

Un cohete reutilizable Falcon 9 de la compañía privada Spa­ceX despegó sin problemas desde la base estadounidense Vandenberg, en California, cargado con los dos nuevos satélites, así como con cinco satélites más de la red de comunicación Iridium.

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La misión ha sido bautizada como GRACE-FO y toma el relevo de la misión GRACE (2002-2017). El cohete colocó primero, después de once minutos de vuelo, los satélites de la misión GRACE-FO, y luego los Iri­dium, aproximadamente una hora más tarde.

¿CÓMO MEDIR EL AGUA?

Una premisa elemental de la física es que la mínima varia­ción de masa en la Tierra modifica la gravedad ejercida sobre los satélites. Los cientí­ficos sacarán provecho de ello.

Dos satélites, cada uno del tamaño de un automóvil, volarán alrededor de la Tie­rra a una distancia de 220 km el uno del otro y a 490 km de altitud durante los próximos cinco años.

Cuando el satélite de avan­zada pase sobre una mon­taña, se alejará por unos momentos del satélite que lo sigue debido a la masa extra en esa ubicación y a una gra­vedad ligeramente mayor. Esta ínfima variación de distancia es lo que la misión registrará continuamente, porque cada variación seña­lará un cambio de masa en el planeta justo debajo.

Ahora bien, sobre un período mensual, que será la unidad de referencia, solo el agua tiene la capacidad de cambiar tan rápido. Ya sea en estado líquido, sólido o gaseoso, el agua tiene una masa.

Cuando se derrite, la masa de los océanos aumenta. Cuando llueve mucho en alguna región, el volumen de los acuíferos aumenta: los satélites lo sentirán porque la masa será en ese lugar mayor que el mes o el año anterior.

Los satélites GRACE-FO establecerán así un mapa del agua en la Tierra cada 30 días, mostrando dónde hay más y dónde hay menos, si está arriba o debajo de la superficie terrestre.

GROENLANDIA PIERDE HIELO

Su precisión será tal que detectarán un cambio equi­valente a un centímetro de altura del agua en un área de 340 km de diámetro. La misión anterior, GRACE, per­mitió medir que Groenlan­dia estaba perdiendo más hielo que el que sugerían las observaciones desde tierra.

Del 2002 al 2016 se derritie­ron 280 gigatones de hielo por año, lo que hizo crecer los niveles oceánicos 0,8 milímetros. Los satélites también han registrado con exactitud lo que ha perdido la Antártida, una región muy difícil de estudiar. Sus equi­pos producen mapas colo­reados de rojo y azul; el rojo muestra una pérdida de agua y el azul muestra aumento.

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