El mentor del método de adelgazamiento que lleva su nombre reflexiona sobre una necesidad cada vez más urgente: enfocarse en uno mismo.

Por: Jazmín Gómez Fleitas

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Fotos: Nath Planás

“Hoy en día, los cambios de hábitos alimenticios se dan porque el entorno mismo los modifica: hay comida en más cantidad y más tóxica, más procesada; y pérdida de control por exceso de trabajo o por responsabilidades familiares. Uno deja de mirarse y empieza a mirar para afuera. Ve más la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, y un día se encuentra que le duele todo (sedentarismo) y que tiene unos cuantos kilos de más”. Con estas líneas, el Dr. Ravenna describe a gran parte de los miembros de la sociedad actual.

Aunque el Centro Terapéutico Dr. Máximo Ravenna nació en 1993 en la Argentina, con miras a brindar soluciones a la problemática del sobrepeso, el paso del tiempo y las nuevas necesidades que fueron apareciendo hicieron que extendiera su campo de acción.

Hoy en día, la salud integral va más allá del número que marca la balanza. “La idea es buscar estabilidad, que la descarga por el estrés u otras cosas no sea con la comida, sino buscar otra salida con entrenamientos mentales, entrenamientos físicos; buscar mejores redes sociales personales —no sólo virtuales—, empezar a desconectarse cuando hay una sobrecarga de actividades que generan estrés”, explica el especialista.

En vista de todos esos distractores actuales, es que el médico llama la atención: “El mal de nuestro siglo es la ansiedad generalizada. No sabés cómo quedarte quieto, vas a comer y no sabes qué hacer. Maratonear series genera esa misma ansiedad. No te diste cuenta y ya es de madrugada, no pasaste tiempo con tus seres queridos. Ese constante 'a continuación' genera un estrés alto y un enajenamiento de la voluntad. Decir 'corto y sigo mañana', ni por broma sale fácil”, reflexiona.

Pero, ¿qué podemos hacer para contrarrestar todo eso? “Encontrar de vuelta ese set point, el equilibrio que todos tenemos y que lo perdimos con el tiempo. Trabajar en la maquinaria metabólica que regula los valores de peso, regularizar las horas de sueño y la formación de hormonas como la leptina, que ayudan a mantener el peso ideal de cada persona”, expresa.

Esta regularización debe estar acompañada de la, por lo general, rezagada actividad física. “La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda entre 10 mil a 15 mil pasos por día ¡Son un montón! Porque abarcan entre 7 a 10 kilómetros de una actividad continua que puede ser caminar a paso rápido, trotar en una cinta o algún tipo de gimnasia concreta con aparatología. Esto ayuda muchísimo a recuperar el amor propio, la autoestima. Porque capaz queremos estar en bienestar, aprender a mantenernos en nuestro peso, no una necesidad de bajar muchos kilos”, señala.

Una vida saludable

Muchas veces, el sobrepeso es pequeño, pero está ligado a un estilo de vida poco saludable. Es por eso que el Centro Ravenna —con sede en Asunción desde hace ocho años— suma una nueva propuesta a sus conocidos planes de descenso y mantenimiento de peso. Se trata del plan Bienestar, apto tanto para runners, como para adultos mayores o personas con deseos de iniciar un plan antiage o antiestrés.

« Nos compramos ese modelo que te dice que hay que vivir para trabajar y para las obligaciones, y que está prohibido tener placer y ocio, y claro, uno así se olvida de hacer deportes o actividades físicas, de estar bien con sus seres queridos »

“La mayoría de la gente come hoy sin darse cuenta de lo que come. Estamos trabajando mucho en la adicción alimentaria, en la educación alimentaria, porque comemos mal. El hecho de comer apurado, atropellando, no ayuda al organismo. Después de 15 o 20 minutos recién los órganos sensoriales procesan la información de comida y la envían al cerebro”, relata el especialista, consciente de que cada una de las problemáticas relacionadas a la comida requieren de soluciones específicas. En Buenos Aires, por ejemplo, implementaron el método Ravenna5, creado para personas que durante toda su vida oscilaron en cambios constantes de peso, viviendo a veces con unos kilos de más, otras con menos, sin lograr nunca un peso satisfactorio.

Son múltiples las señales enviadas por el cuerpo cuando algo no está funcionando bien. Entre ellas se destacan la falta de aire al caminar o subir escaleras, la dificultad para realizar pequeños movimientos o no poder agacharse a atarse los cordones. Además, es innegable la relación entre el sueño y el apetito. A menor sueño, mayor apetito. “Otro factor, por ejemplo, trabajar de noche con la computadora, con el celular”, agrega Ravenna y explica: “estos dispositivos emiten una luz azul que no permite que se desarrolle la melatonina, que es la hormona del sueño, y entonces uno duerme intranquilo. Han cambiado tanto las horas del día que normalmente por muchísimos años no hubo luz eléctrica y la gente entraba en sueño, y se iba a dormir tranquilo. Ahora, uno tiene que esforzarse para estar despierto con luz artificial a una hora que debería estar durmiendo. Entonces cuando uno va a dormir son la 1 de la mañana, a las 6 tiene que levantarse, durmió poco y está estresado, y va tener más hambre de lo usual”.

Otro de los signos que deben llamar la atención, es la manera en que nos queda la ropa, advierte. “Muchos hombres hacen trampa, no cambian el talle pero lo bajan a niveles obscenos donde casi ya se ve todo. Llevar la misma ropa pero no vestirla igual. ¿Por qué estamos cambiando nuestra salud?”, invita a reflexionar.

Como gran entusiasta de la vida saludable, insiste en que mucho de la falta de salud de las personas se debe al hecho de “dejarse estar”, a prestarle poca atención a uno mismo. “Nos compramos ese modelo que te dice que hay que vivir para trabajar y para las obligaciones, y que está prohibido tener placer y ocio, y claro, uno así se olvida de hacer deportes o actividades físicas. De estar bien con sus seres queridos”, señala.

¿Y él, cómo se cuida? No es un secreto: “Hago ejercicio. Trato de sentirme siempre con ganas, dinámico. No bajo los brazos frente a los problemas, busco estar bien afectivamente. Se trata de no descuidar a los seres queridos, de tratar bien a la gente que querés. Eso de seguro te mantiene enfocado”.

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