Un misterio. Un grupo de personas encerradas en una sala. 60 minutos. Y la intención de resolverlo e intentar salir. ¿Qué opciones de juegos de escape ofrece Asunción?

Por: Micaela Cattáneo

Fotos: Néstor Soto/ Gentileza

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Entrás a una habitación acompañada de tu equipo, con la misión de resolver un misterio que los ayude a salir de las cuatro paredes que rodean la sala. Durante 60 minutos, una serie de pistas, acertijos y enigmas los guiarán a descifrar lo que está oculto. ¿Podrán lograrlo?

Esta dinámica responde a las salas de escape, una nueva forma de juego donde se utiliza la lógica y el ingenio para poder terminarlo. Curiosamente nació en el mundo virtual, cuando en 2006, un grupo de informáticos de Sillicon Valley (Estados Unidos) -zona donde se alojan las mayores corporaciones de tecnología del mundo como Apple, Google y Yahoo- creó un videojuego en el que se debía descubrir una incógnita en un tiempo determinado.

Pero no fue hasta 2008 que adquirió su formato real, en Japón. Sólo que los de origen asiático priorizaban la aventura de escape en sí y, la resolución de enigmas, quedaba en un segundo plano; temática un poco distinta a la que se popularizaría años más tarde en Budapest (Hungría). Y es que es en esta ciudad donde la idea evoluciona -su precursor, Attila Gyurkovics, traslada el juego a los edificios abandonados y semi-destruidos- para convertirse en el modelo referente de las salas que se abrirían, posteriormente, en Barcelona (España), Buenos Aires (Argentina), Londres (Inglaterra), entre otras.

En Asunción, empezó como un secreto a voces en septiembre de este año y a medida que más grupos de amigos se animaban a la experiencia, más rápido corría la noticia. Hasta el momento, son dos las salas de escape instaladas en la ciudad: Código Enigma y Escape Room Asunción. En este viaje por el interior de sus habitaciones, conocemos qué historias propone cada una. ¡Corre el tiempo!

Código Enigma

Estamos en 1989, plena caída de la dictadura. La Interpol aprovecha el cambio de Gobierno para introducir al país a sus agentes con el fin de hallar a un criminal de guerra que encontró refugio en el Paraguay y, posterior protección del Estado. Las pistas para capturarlo están escondidas en el despacho del dictador y al encontrarlas, el paradero les será develado.

Este es el relato que dio apertura a una de las primeras salas de escape en Asunción: Código Enigma. Marcos Vasconsellos, su creador, había probado su primer juego en Madrid, en una visita que hizo a su hermano menor; ambos se animaron a la experiencia que, en este caso, los trasladaba a una escena de la Guerra Fría. "Quedé enamorado de la actividad y empecé a investigar; descubrí que no sólo estaba presente en España, sino también en países de Latinoamérica. En el centro de Buenos Aires hay como siete empresas que se dedican a esto", comenta.

La historia es tal cual la describe Vasconsellos, quien trabaja en colaboración con Dalton Mussi y comparte la idea de creación con su otro hermano, Martin. "Nosotros apuntamos a una experiencia inmersiva, es decir, que realmente cuando entrás a la habitación sientas que estás en 1989; que sos un agente de la Interpol y que estás buscando a un criminal de guerra", destaca.

Los integrantes del grupo ingresan sin sus pertenencias; ya que toda la información que necesitan la van a encontrar en la habitación. "Al ser transportados a ese año, a muchos les cuesta adaptarse o manejarse sin su celular o computadora", recuerda Marcos, quien desde otra sala monitorea los pasos del equipo para brindarles pistas cada vez que necesitan.

Antes de ingresar a la sala, el grupo recibe algunas indicaciones a tener en cuenta: cómo identificar qué objetos o muebles sí forman parte del juego y cuáles no, cómo comunicarse con el operador a través de un walkie-talkie (que se provee antes de que empiece la búsqueda) y de qué manera no perder el tiempo. Es importantísimo que, en primer lugar, el equipo registre todo lo que hay en la sala y vaya tomando todas las pistas que encuentre en cada rincón. El trabajo en conjunto y la comunicación son elementos fundamentales para resolver los acertijos sin tantos rodeos.

A propósito del tiempo, en el centro de la sala hay un tablero que cuenta los minutos y segundos que pasan. Estar pendiente de él hace que aumente la adrenalina en el juego, lo cual puede funcionar como un incentivo para adquirir un nuevo récord. "Hasta ahora sólo dos grupos de los veinte que participaron lograron capturar al criminal de guerra", cuenta Marcos y adelanta el estreno de la próxima sala, en octubre.

"El Alquimista es el título de la siguiente sala. Se basará en la alquimia en sí, específicamente en los pasos y las travesías que se contaban en los viejos textos de los alquimistas, que andaban en la búsqueda de la piedra filosofal", explica.

A la sala de escape pueden ingresar dos personas como mínimo y seis como máximo; de 13 años en adelante (los niños deben estar acompañados de un adulto). El costo para cada una es de G. 70.000, y a partir de grupos de seis personas, pagan sólo cinco. Código Enigma está ubicado sobre Cruz del Chaco 1540 entre Prof. Miguel Torres y Alfredo Seiferheld y recibe jugadores entre las 14:00 y las 22:00. Más información al (021) 605-959.

Escape Room Asunción

La siguiente sala de escape de la ciudad transporta a los jugadores a dos historias súperintrigantes: El búnker y El vagón perdido. En la primera, los participantes están encerrados en un búnker militar ante la inminente detonación de una bomba nuclear experimental, que podría destruir Asunción por completo en 60 minutos. En la segunda, se encuentran a 200 metros bajo la superficie de la ciudad, con tan sólo una hora de oxígeno. Están en un vagón perdido desde la Guerra de la Triple Alianza, en el que Francisco Solano López mandó trasladar los tesoros del palacio ante la inevitable toma de la capital. Pero los tesoros no llegaron a su destino.

Los escombros de los túneles de Trinidad bloquearon el acceso y para escapar, los jugadores deberán desbloquear la escotilla que está en el otro extremo del vagón e intentar salir por los canales del Acuífero Guaraní, hasta las costas del río en Viñas Cué. La única solución: resolver los acertijos que dejó un explorador que estuvo en el lugar hace una década y que protegió con mucha astucia el acceso a la cámara donde está la escotilla.

Víctor Cartes, uno de los mentores detrás de Escape Room Asunción, cuenta que la experiencia en las salas, por el momento, sigue siendo exclusiva y con invitación; ya que pronto habilitarán la página web para las reservas del público en general. "Desde julio estamos probando las habitaciones con gente de diferentes edades, sexo y ocupaciones y los resultados nos sorprendieron", señala.

Y prosigue: "Realmente se llega a un nivel de inmersión muy alto que te lleva a sentir la adrenalina de la situación de riesgo y el deadline que se aproxima". Víctor y su equipo son los maestros del juego; quienes observan el paso a paso de los jugadores a través de cámaras y micrófonos, en otra habitación. Los participantes pueden solicitar hasta tres pistas, comunicándose a través de un medio acorde a la temática de la sala.

Hace días, desde Escape Room Asunción se enviaban unas cajitas negras a un grupo de destinatarios selectos que debían descrifar cómo abrirla para ser merecedores de un free pass para las salas. "Buscamos con esta activación comenzar a entretener y despertar el espíritu de investigación de los jugadores que ya están en la cola de espera por un turno", resume Cartes.

En las salas de escape pueden ingresar grupos de tres a siete jugadores, de 12 años en adelante. Por supuesto, los menores pueden entrar en compañía de sus padres. El tiempo récord hasta ahora fue de 51′ 20" en El Búnker; mientras que, en el vagón, aún nadie pudo escapar. Está ubicado en Montevideo 1412 casi Milano y el costo por persona es de G. 70.000 (dos jugadores), G. 50.000 (cuatro jugadores) y G. 40.000 (cinco jugadores o más). Más información al (021) 497-300.

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