La historia de los “sobres” y de la exempleada despechada no tienen solidez legal según el abogado Ricardo Preda, pues se basan en suposiciones; los opositores caen en su voraz afán de poder.
Pese a la insistencia de Abc Color, la declaración del abogado Ricardo Preda, que representa al presidente Santiago Peña y su esposa, Leticia Ocampos, despedazó la denuncia de la oposición tomada en base a publicaciones sesgadas y montadas del citado medio.
El diario de la calle Yegros aseguró que no hubo aclaraciones sobre los “sobres” con dinero, pese a que eso resultaba una “fantasía” o –como lo expresara el abogado– un “unicornio engrillado” que ni necesitaba refutarse.
La comparecencia de Preda, quien por más de 50 minutos de una rueda de prensa de la que fue blanco de toda clase de preguntas –algunas acordes y otras simplemente pueriles y de amateurs– dejó en claro que la denuncia penal contra el presidente y las publicaciones del diario Abc Color solo tiene inconsistencias y suposiciones y que sobre esa base, difícilmente el Ministerio Público actúe.
Aunque, aclaró –por si había una duda– que si la Fiscalía decidía abrir una investigación presionado por los grupos mediáticos que respondería ante ella.
Pero lo que en el fondo deja la clara exposición jurídica que realizó el abogado el viernes pasado muestra que la oposición paraguaya atraviesa una etapa en la que sus principales banderas no se sostienen en propuestas ni alternativas reales de gestión, sino en denuncias montadas sobre arena movediza.
No se trata únicamente de los partidos políticos enfrentados al oficialismo, sino de una amalgama que encuentra oxígeno en titulares sesgados y en relatos mediáticos que pretenden instalar culpabilidades sin hechos verificables.
Esto es publicaciones sesgadas, manipulaciones, información tergiversada, suposiciones que no generan una carga jurídica, pese al bombardeo infructuoso de las tapas de Abc Color.
En ese escenario, la exposición del abogado Ricardo Preda, representante legal del presidente Peña, marcó un antes y un después. Con solvencia intelectual y un análisis estrictamente jurídico, dejó al descubierto el sesgo con el que se difundió la denuncia, la manipulación de los hechos y el recurso a meras suposiciones como base de un montaje político.
Preda mostró que detrás de los argumentos opositores no hay sustento jurídico, sino un armado discursivo orientado a desgastar al gobierno, en una campaña que ya en la semana algunos analistas políticos y periodistas, como Benjamin Livieres y Jorge Torres, calificaron este proceso como parte de un “proyecto destituyente”, es decir, que busca la caída del gobierno a cualquier precio, así como este medio lo hizo en aquellos episodios cuando la democracia estaba realmente en juego, como los sucesos políticos de 1996, el Marzo Paraguayo, el intento de asonada de mayo de 2000 o el ataque al Congreso de 2017.
Este modo de accionar desnuda una oposición sin horizonte, que recurre a la confrontación mediática como sustituto del debate democrático. Sin sustento sólido, sus acusaciones no hacen más que evidenciar la carencia de un proyecto político alternativo y la dependencia de narrativas creadas para generar impacto, aunque en el fondo carezcan de consistencia jurídica y de peso institucional.

