La negociación del Anexo C de Itaipú coincide con el año electoral, que de momento es prioridad del vicepresidente Hugo Velázquez, quien se encuentra en una intensa campaña, en varias ocasiones con el uso de recursos públicos y el guiño del Ejecutivo. El hermetismo del Gobierno para hablar sobre la postura que tendrá Paraguay ante el Brasil genera preocupación y despierta suspicacias, dado que en el 2019 se negoció de forma secreta la venta de energía, hecho que tuvo como protagonista a “Joselo”, quien fuese “mano derecha” y asesor jurídico de Velázquez.

El 2023 es un año deci­sivo para el país dado que se deben elegir a las nuevas autoridades, así como también está prevista la negociación del Anexo C de Itaipú. En especial este último resulta motivo de pre­ocupación para la ciudadanía, dado que los intereses del país están en juego, teniendo en cuenta que se manejan cier­tas variables como el costo que podría tener la energía a partir del año que viene y la duda de qué se hará con el excedente energético que produce la binacional.

Esta falta de información por parte del Gobierno respecto a la postura que maneja el país en la negociación hace que resulte inevitable revivir recuerdos de “Joselo”, aquel influyente joven que casi termina entregando Itaipú a los brasileños, una de las hidroeléctricas más grandes del mundo.

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Es así que, en agosto del 2019, con el gobierno de Mario Ando Benítez, cayó la noticia de que se había firmado de forma secreta un acta para vender energía a una empresa brasileña, la que fue representada por un joven abogado paraguayo de 27 años, vinculado al vicepresidente Hugo Velázquez.

En mayo de ese año, la Admi­nistración Nacional de Elec­tricidad (Ande) negoció con la empresa brasileña Leros la venta de energía a esta última. Aquí aparece José “Joselo” Rodríguez, el joven abogado de 27 años que inter­vino a favor de la firma.

Pero, ¿de dónde salió “Joselo”? La ciudadanía entera quedó indignada al enterarse que “Joselo” se había presentado como el asesor jurídico del vicepresi­dente Velázquez, el que ade­más afirmó que el joven abo­gado era su mano derecha, esto de acuerdo a las decla­raciones del expresidente de la Ande Pedro Ferreira y con­versaciones que se filtraron en ese momento.

La negociación secreta fue exi­tosa para Leros, que consiguió que la Ande aceptara venderle energía y, en agosto, cuando el caso explotó, causó el repudio de los paraguayos que no tarda­ron en calificar este acuerdo de entreguista.

Este definitivamente no fue un momento de popularidad para Velázquez, puesto que pronto se reveló que los hijos de Veláz­quez guardaban una relación de amistad con “Joselo” y hasta compartían partidos de fútbol con el vicepresidente.

Así, los intereses del país que­daron en manos de un amigo de los hijos de Velázquez, pre­cedente que genera alerta sobre las negociaciones en torno a nuestras hidroeléctricas.

Recordemos que la inves­tigación del caso conocido como “Joselo” quedó en la nada, dado que el Ministe­rio Público no realizó ni una sola imputación, a pesar de que se apuntaba a supuestos hechos de lesión de confianza, traición a la patria, tráfico de influencias y estafa contra Hugo Velázquez.

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