El 27 de enero se conmemora la liberación en 1945 por las tropas soviéticas del campo de concentración y extermi­nio nazi de Auschwitz-Birke­nau; la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó ofi­cialmente esa fecha Día Inter­nacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Pero el asesinato de 6 millones de judíos, reali­zado por los nazis y sus colabo­radores, no ocurrió en el vacío. Fue producto de un odio des­enfrenado y un silencio colec­tivo. Esta tragedia que golpeó al pueblo judío no solo afectó a los países donde se cometie­ron crímenes nazis, sino que también repercutió en muchos otros lugares del mundo.

El 1 de noviembre del 2005, la Asamblea General de las Nacio­nes Unidas adoptó la Resolución 60/7 que designa el 27 de enero como Día Internacional de Con­memoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto, a fin de mantener vivo el recuerdo y la denuncia de uno de los peores horrores de la historia reciente de la humanidad: el exterminio sistemático de judíos.

La persecución incluyó ade­más a los opositores al régimen nazi, personas con discapaci­dad, grupos de variado origen étnico y creencias religiosas.

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El campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau fue cons­truido en el año de 1941 y al año siguiente ya se había convertido en el principal lugar de exter­minio, dentro del plan denomi­nado por los nazis como la “solu­ción final” y cuyo objetivo no era más que la aniquilación total de los judíos en Europa.

El campo de exterminio alber­gaba cuatro cámaras de gas, cuatro hornos crematorios, alambradas, torretas de vigi­lancia, casamatas y horcas. Los judíos eran transportados en vagones para ganados y al lle­gar al campo eran dirigidos en su mayor parte a las cámaras de gas, previa selección, donde se otorgaba derecho a vivir provi­soriamente a quienes contaban con las condiciones físicas para realizar todo tipo de trabajos.

Las investigaciones que varias organizaciones internacionales continúan desarrollando hasta hoy indican que entre 1.100.000 y 1.500.000 prisioneros fueron sistemáticamente privados de alimentación, torturados y asesinados en este campo del terror. Al momento de ingre­sar el ejército soviético a Aus­chwitz-Birkenau el 27 de enero de 1945, solamente quedaban 7.500 prisioneros dentro del campo de exterminio.

Auschwitz-Birkenau es el sím­bolo de la crueldad ejercida por el ser humano en contra de su misma especie en pleno siglo XX. Desde 1947, el lugar está clasifi­cado como monumento nacio­nal polaco y desde el año 1979 está en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco “como evi­dencia del esfuerzo inhumano, cruel y metódico de negar la dig­nidad humana a grupos conside­rados inferiores”.

Como parte de las iniciativas locales para mantener vivo el recuerdo, en el año 2006 la Cámara de Senadores del Para­guay, según Resolución Nº 705 del 18 de mayo, resolvió adoptar el 27 de enero de cada año como Día Internacional de Conme­moración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

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