• POR ÓSCAR GAVILÁN

Paraguay propuso a sus pares de la región, Argentina y Bra­sil, la implementación de una base de datos conjunta de los procesados o condenados por hechos punibles que sea acce­sible a las fuerzas de seguridad y organismos de investigación para una mejor lucha en con­tra de la delincuencia trans­nacional.

El asesor geopolítico y de asuntos internacionales ad honorem del Ministerio del Interior, abogado Rubén Darío Melgarejo Lanzoni, participó la semana pasada como expo­sitor de la primera reunión de expertos del Mecanismo de Seguridad Regional (RSM, por sus siglas en inglés), de la que formaron parte expertos de Argentina, Brasil y Estados Unidos de América con expe­riencia en la lucha contra la financiación del terrorismo y la delincuencia transnacional.

El ex canciller nacional explicó que el objetivo del evento internacional fue reforzar la cooperación entre gobiernos de la región, compartir infor­maciones y profundizar los riesgos que representan los terroristas en la región, así como identificar los grupos delictivos organizados, foca­lizar vulnerabilidades explo­tadas y desarrolladas por estos grupos.

Con relación a la participación de Paraguay y cuál ha sido la propuesta, explicó a La Nación que el país hizo planteamien­tos concretos en la oportuni­dad. Melgarejo Lanzoni (57) es de profesión abogado y escri­bano y fue ministro de Rela­ciones Exteriores durante el gobierno de Juan Carlos Wasmosy. Hoy asiste direc­tamente al ministro del Inte­rior, Euclides Acevedo.

–En primer lugar, vamos a habilitar un listado por cada país de los procesados o con­denados por hechos punibles con una base de datos accesi­ble a las fuerzas de seguridad, así como a los organismos de investigación. También se va a elaborar un registro de las informaciones que fueron intercambiadas para el segui­miento de las mismas, para medir con relevancia y efec­tividad como herramienta en la lucha contra la delincuencia transnacional.

–Es una herramienta que per­mite una lucha frontal contra la delincuencia transnacio­nal y el crimen organizado. El principal objetivo es que los países de la región traba­jen de manera mancomunada. Lo que se busca es fortalecer los recursos humanos, proto­colizar las leyes y la inversión en tecnologías.

–No hay dudas de que la coo­peración es fundamental, así como las buenas prácticas y las transferencias de informacio­nes con dinamismo. También se hará la persecución penal utilizando métodos forenses de vanguardia y sanciones ejemplares a los criminales, y se logrará una mejor vida en convivencia.

–En primer lugar, tenemos que identificar a los grupos criminales que actúan en el país y que poseen un título o nombre que han adop­tado con el transcurrir de sus acciones. Sabemos de organizaciones extranjeras que han migrado a nuestro territorio y grupos crimina­les paraguayos que han tras­pasado fronteras.

–Son varios. Están el Primer Comando Capital (PCC), el Comando Vermelho (CV), Bala Na Cara, Tercer Comando Puro (TCP), Pri­mer Comando Catarinense (PGC), Guardiões do Estado do Ceará, entre otros. Entre los grupos delictivos naciona­les están el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) y aquellos que se dedican al homicidio por encargo (sicariato).

–Son amenazas que están en los departamentos de Amambay, Canindeyú, Alto Paraná, Caazapá y Central. Se dedican a actividades ile­gales relacionadas al contra­bando, tráfico de drogas y armas, clarificación o lavado de activos y financiamiento del terrorismo, extorsión, fal­sificación, secuestros y trans­bordo de narcóticos a países de la región y Europa, como así también bienes de uso y consumo robados, sobre todo automóviles y precursores químicos.