Paraguay logró un acompañamiento total de los Estados partes del Mercado Común del Sur (Mercosur) para sancionar a Venezuela dentro del bloque por la crisis humanitaria y política que se dio en el gobierno de Nicolás Maduro. Bajo las instrucciones del ex presidente de la República Horacio Cartes, Paraguay fue el primer país en proponer en el 2016 que sea analizada la situación del país caribeño dentro del bloque regional.
El reclamo de Paraguay se daba por el quebrantamiento del orden democrático y el incumplimiento de algunos acuerdos como el Protocolo de Ushuaia. Ese protocolo, firmado en 1998 en la ciudad del sur argentino, estableció una cláusula democrática por la cual se puede excluir del bloque al país en donde se quiebre el orden democrático.
En reiteradas ocasiones, el ex canciller Eladio Loizaga solicitó que el tema sea tratado dentro del bloque, pero con la tibia postura de Uruguay se dilató el tratamiento del mismo. Finalmente, luego de meses de discusión, el 2 de diciembre del 2016, los gobiernos de Argentina (Mauricio Macri), Brasil (Michel Temer) y Paraguay (Horacio Cartes) decidieron, con la abstención del ejecutivo de centroizquierda de Uruguay (Tabaré Vázquez), suspender a Venezuela como miembro de pleno derecho del Mercosur.
Esta suspensión se da por no haber aprobado 112 resoluciones y unas 300 normas requeridas para integrar el bloque regional, al que se sumó en el 2012. Posteriormente, en una reunión de los entonces jefes diplomáticos Jorge Faurie de Argentina, Aloysio Nunes de Brasil, Eladio Loizaga de Paraguay y Rodolfo Nin Novoa de Uruguay, con una decisión unánime, decidieron suspender definitivamente al país caribeño del Mercosur en el 2017.
En ese momento, los cancilleres firmaron un comunicado conjunto en el que señalaron que “la suspensión de Venezuela fue aplicada en función a las acciones del gobierno de Nicolás Maduro y es un llamado para el inmediato inicio de un proceso de transición política y restauración del orden democrático”.