Ayer se conmemoró la festividad de la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, más conocida como Chiquitunga. Ella murió a los 34 años un 28 de abril de 1959. La devoción hacia ella nace mucho antes de su muerte, porque fue una joven muy carismática, dada al servicio de los que necesitan.

Chiquitunga conoció el amor humano, al que renunció porque su amor verdadero era Cristo Eucaristía e ingresó al Convento Carmelitas Descalzas donde adquirió el nombre de María Felicia de Jesús Sacramentado. “¡Jesús te amo!, ¡Qué dulce encuentro!, ¡Virgen María!”, fueron las últimas palabras de María Felicia de Jesús Sacramentado, cuando se despidió del mundo y murió el 28 de abril de 1959, a las 4:10 de la mañana, a los 34 años, a consecuencia de una hepatitis infecciosa. Por eso, se celebra su festividad cada 28 de abril y en su oratorio llegan miles de devotos, pidiendo su intercesión o agradeciendo alguna gracia.

CAMINO A LA SANTIDAD

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La beata hace poco fue noticia, ya que por su intercesión, el único sobreviviente de un terrible accidente aéreo logró salir con vida, se trata del joven altoparaguayense José Zaván, de 19 años, quien el pasado 9 de febrero vino hacia Asunción en una avioneta de la Fuerza Aérea, que sufrió un accidente poco antes del aterrizaje, donde murieron siete personas. Según el obispo de Fuerte Olimpo, Gabriel Narciso Escobar Ayala, esta gracia es de Chiquitunga y será estudiada como milagro para que la beata paraguaya llegue a la santidad. “José era nuestro joven líder de aquí de la parroquia-Catedral María Auxiliadora de Fuerte Olimpo, me encomendé a María Felicia de Jesús Sacramentado y le llamé a su mamá Blanca Vaccari para decirle: ‘Blanca, encomendate a Chiquitunga, a nuestra beata paraguaya’, y ella me dijo sí”, relató el obispo Escobar en comunicación con La Nación. Según el obispo “El testimonio de José podría ser estudiado como un milagro de Chiquitunga.

FESTIVIDAD

La hermana Maura Melgarejo, religiosa del convento de las Carmelitas Descalzas de Asunción, aseguró que Chiquitunga está viva entre nosotros”. Ayer los fieles de la beata festejaron su día con mucha alegría en el comedor solidario Chiquitunga, donde se llevó a cabo una misa celebrada por el diácono Carlos Brítez, seguida de un almuerzo con las familias más vulnerables del barrio Santa Ana de Asunción.

Las familias humildes del barrio Santa Ana compartieron un rico tallarín. (foto: Cristhian Meza)

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