Cruce San Pedro. Omar Jara. Agencia Regional.
Productores de tomate de Coronel Oviedo, RI3 Corrales, 3 de Febrero, Yhú, entre otros distritos del departamento de Caaguazú, a más de algunos horticultores del departamento Central, cerraron ayer la Ruta 2 Mcal. Estigarribia en reclamo de que se ponga freno al contrabando de tomates desde Argentina y Brasil, y que se abra el mercado local para la producción nacional.
El bloqueo de carretera que provocó una larga cola de vehículos se realizó en el km 149, desvío a la colonia Blas Garay, también conocido como cruce San Pedro, a unos 18 km al este de Coronel Oviedo. Comenzó a las 9:00 y al cierre de esta edición continuaba el bloqueo de la ruta.
Los tomateros desparramaron sus productos por la calzada y prendieron fuego a troncos de árboles que ardían sobre el asfalto y producían una intensa humareda, mientras se alargaba la fila de vehículos entre las protestas de los conductores. No les dejaban pasar a nadie, excepto las ambulancias con enfermos y las patrulleras policiales. Muchos conductores dieron la vuelta y entraban por Coronel Oviedo, luego por R.I. 3 Corrales y de ahí retoman la Ruta 2 hacia la ciudad de Caaguazú. Hacen un desvío de unos 59 Km.
Abel Brítez, que encabezaba la movilización, señaló que el reclamo a las autoridades es que “se ataje el contrabando y se inicie la comercialización inmediata de los tomates que se están pudriendo en las chacras por falta de mercado”.
En ese sentido exigen que se cumpla lo acordado con el Gobierno; es decir, los supermercados debían adquirir los productos a un precio de G. 4.000 el kilo, pero ahora solo quieren pagar G. 1.500 el kilo, con lo cual ellos no recuperan su costo de producción que es de G. 3.500 a G. 4.000 el kilo y pierden menos si dejan que se pudran en las chacras, dijo. “Se hizo un trabajo de coordinación con el ministro de Agricultura, Denis Lichi, para comercializar en forma directa con los compradores y firmamos un convenio con la Asicoma (Asociación de Importadores y Comerciantes del Mercado de Abasto), que nos tenía que pagar en finca G. 4.000, pero no se cumplió ese acuerdo y tampoco se paró el contrabando, como también se comprometieron las autoridades”, refirió Brítez.
El dirigente indicó que “existe casi una superproducción de tomates nacionales en la actualidad como para cubrir la demanda del 50 al 60% del mercado interno, pero de esa cantidad hoy no podemos vender ni un kilo”, afirmó. Agregó que en la mañana de ayer otra vez se pusieron en contacto con el titular de la cartera respectiva que, de nuevo, se comprometió a buscar un mecanismo para que se comercialice el producto a un precio de G. 4.000 el kilo. “Mientras eso no se cumpla, seguiremos en forma indefinida en la ruta”, adelantó.