Ayer declaró Nelson Sanabria, quien fuera asistente del ex presidente de la Conmebol Juan Ángel Napout.
- POR JORGE TORRES ROMERO
- Enviado especial a Nueva York
En plena sala donde se lleva a cabo el juicio por el caso FIFAgate en la Corte de Brooklyn, el fiscal norteamericano exhibió en un proyector la fotografía del empresario paraguayo Antonio J. Vierci al testigo Nelson Sanabria, quien declaró ayer.
Sanabria, quien fuera asistente del ex presidente de la Conmebol Juan Ángel Napout, fue convocado al estrado como otro de los testigos del juicio.
"¿Usted conoce a este hombre?", preguntó el fiscal. Sanabria respondió: "Sí, lo he visto en varios eventos organizados por la Conmebol", respondió. El testigo agregó que una vez lo llamó para saber si podrían darle una ayuda con algunos sorteos.
El fiscal ya no volvió a insistir al respecto al testigo, pero luego la abogada de Napout, en el momento de formular preguntas a Sanabria, le pidió que aclare en qué contexto se refirió al empresario Antonio J. Vierci, y el testigo dijo que llamó a su oficina para saber si pudo asistir a un sorteo de uno de los torneos organizados por Conmebol.
EN LA MIRA
Para este enviado especial, y a juzgar por los rostros del numeroso equipo de abogados paraguayos que forman parte del buffet de la defensa de Napout, generó gran estupor ver la imagen del empresario paraguayo Antonio J. Vierci proyectada en una pantalla gigante ubicada a la mano izquierda de la sala del juicio oral, donde por disposición general ningún miembro de la prensa puede grabar, filmar o sacar fotografías.
No es la primera vez que el apellido Vierci se menciona en este juicio, pero sí sorprendió que la fiscalía tenga bien identificado al empresario paraguayo, lo que hace suponer que están recabando información acerca de su participación en todo este esquema del pago de sobornos a dirigentes del fútbol.
El que en forma categórica había invocado el nombre de Vierci fue el ex empleado de la empresa Full Play, Santiago Peña, cuando en el momento de su intervención en el juicio mencionó que el dueño del Grupo Vierci había firmado un contrato con Full Play para ceder los derechos de televisación de los partidos de la selección paraguaya.
La copia de dicho contrato fue arrimado a la declaración de Peña, por lo que la fiscalía ya estaría atando cabos en cuanto a su participación en el esquema. Es que Peña declaró que Napout, cuando era presidente de la APF, recibió una coima de US$ 1 millón, pagados por Mariano y Hugo Jinkis, dueños de Full Play y socios de Datisa, por los derechos de transmisión de los partidos de la selección de Paraguay. Y es aquí donde surgen las dudas: Si los derechos de Paraguay los tenía Ciffart (Grupo Vierci), ¿por qué los Jinkis pagarían a Napout una coima? ¿Qué otros vínculos tenían los Jinkis y Vierci?
NAPOUT
El ex presidente de la Conmebol Juan Ángel Napout siguió de cerca ayer el juicio en la Corte de Brooklyn acompañado de sus abogados. También en la sala estaban presentes su esposa y sus hijos. El ex titular de la Conmebol fue tomando notas de las declaraciones de los testigos que pasaron al estrado. La próxima semana es el turno de la defensa.
La fiscalía centró sus preguntas hoy al testigo Nelson Sanabria acerca de la desaparición de la computadora personal de Napout, el día que saltó el escándalo del FIFAgate.
EL CASO
El FIFAgate es considerado el escándalo de corrupción más grande que ha ensuciado al fútbol, y en el que "cayeron" altos dirigentes que han manejado por décadas el balompié mundial. En el sonado caso están implicados pesos pesados de la Federación Internacional de Fútbol Asociados (FIFA), ex directivos de la Concacaf y de la Conmebol, entre ellos los paraguayos Juan Ángel Napout y Nicolás Leoz, cabecillas de todos los delitos cometidos, según informes de la justicia norteamericana y testigos claves que siguen declarando hasta ahora.
Algunos de los delitos por los cuáles están acusados y procesados varios de los ex directivos del fútbol mundial son, fraude, lavado de dinero, soborno y asociación criminal. Se calcula que el monto de las coimas con las empresas dueñas de los derechos de televisación y algunas marcas publicitarias supera los US$ 150 millones.