Alfareras de la ciudad de Itá crearon un novedoso lavamanos con la figura de la mujer paraguaya portando el famoso kambuchi, el mismo está hecho de arcilla y fue moldeado por las manos de mujeres nativas jefas de hogar.

Se trata de un grupo de 11 alfareras que conforman la Asociación de Mujeres Alfareras Nativas de la compañía Caaguazú de la mencionada localidad. Un emprendimiento cultural pero con fines económicos, ya que mediante la alfarería, estas madres dan alimento y educación a sus hijos, así lo explicó Vicenta Rodríguez, presidenta de la asociación en comunicación con La Nación.

“Somos 11 mamás jefas de hogar que trabajamos con nuestros hijos, no es mucha la ganancia en la alfarería, pero es la única salida laboral y legado de nuestros padres para sustentar a nuestras familias. Entonces, por eso seguimos luchando para salir adelante y que esto que hacemos no quede en el olvido, los chicos por eso están aprendiendo y ellos tienen la misión de continuar con nuestra labor”, expresó Rodríguez.

Aclaró que si bien aman esta labor cultural –de hacer cántaros y objetos de arcilla– heredada de generación en generación, no obtienen muchas ganancias y es muy sacrificado todo el trabajo detrás de cada una de las figuras. Ellas mismas buscan y preparan la arcilla que traen de los esteros o pantanos de la zona de Itá.

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“Yo esta labor la aprendí de mi mamá, por eso luchamos para que nuestra cultura no se termine, que no quede solo en el cartel de que Itá es la ciudad del cántaro, sino que las nuevas generaciones se interesen en la cultura, en el trabajo de la alfarería y que no solo se interesen por las ganancias que puedan dar, porque no es mucho, pero sí es muy satisfactorio”, comentó.

En esta época cercana a la Semana Santa se encuentran preparando los famosos tatakua u hornos de arena portátiles. También preparan el cántaro brasero, ya que en estos tiempos ya no se usa el cántaro en los hogares para refrescar el agua, sino más bien es una figura decorativa especialmente para los quinchos con temáticas rústicas.

“Se dejó de tomar el agua del kambuchi, pero nosotras acá seguimos haciendo el cántaro porque nos rehusamos a que desaparezcan, por eso seguimos trabajando en ello por más que se utilicen solo de forma decorativa los cántaros con flores, con rostros, que se compran para los quinchos y salas rústicas”, refirió la mujer.

La Asociación de Mujeres Alfareras Nativas se encuentra en plena tarea de crear objetos utilitarios de arcilla para atraer al público a comprar sus creaciones. En este sentido, atendiendo a la pandemia y la recomendación del constante lavado de manos, estas mujeres crearon un novedoso lavatorio de manos hecho totalmente de arcilla.

El lavamanos tiene la forma de la incansable mujer paraguaya que pese a su labor de madre, esposa y trabajadora, siempre está al servicio de toda la comunidad, incluso dando agua al sediento. La simbólica figura representa la labor de estas mujeres, madres jefas de hogar que luchan para que esta cultura no termine y a su vez sustentar a su familia con la venta del producto.

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“Preparamos así -el lavatorio- porque somos así, una asociación de mujeres y la figura es una mujer derramando agua desde su kambuchi. La kuña imbarete ápe hína (la mujer es muy fuerte aquí) y ese tiene un costo de G. 700.000. Es una obra muy nueva y estamos expectantes a los pedidos”, señaló la mujer.

Las personas interesadas en adquirir estas obras de alfarería pueden hacer sus pedidos o solicitar presupuesto a través del (0985) 623-247 o ver las imágenes de los trabajos que realizan a través de @kambuchi_apo en Instagram donde también pueden realizar los pedidos.