“Tanto sacrificio para ir a trabajar de albañil, he’i la gente. Estudié 4 años, me recibí de licenciada en obstetricia. No consigo todavía trabajo a causa de esta pandemia y como mi papá necesitaba ayudante, le dije que yo quería trabajar con él. Espero que en el 2021 sí pueda ejercer mi profesión. Mientras tanto, a trabajar de ayudante que ni yo ni mi familia le debemos nada a nadie como para que hablen”, fue lo que publicó Beatriz Pérez en su cuenta de Twitter, acompañada de dos fotografías, una en la que se la ve junto con sus padres el día de su graduación de la universidad y otra trabajando como ayudante de albañilería.

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Nidia Beatriz Pérez Cáceres es una joven de 23 años que en el mes de febrero del 2019 se alzaba con su título de licenciada. Ella es hija única y vive en la ciudad de Villa Elisa con sus padres, María Nidia Cáceres y Feliciano Pérez, en una casa edificada por ella misma y su papá.

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De esta manera realizó su descarga y decepción, ya que por mucho tiempo esperó este momento para poder trabajar en lo que realmente le agrada y para lo que se preparó, pero le fue imposible conseguir trabajo en el rubro de la salud.

El día de su graduación, junto a sus padres Feliciano Pérez y María Nidia Cáceres. Foto: Gentileza.

Y desde entonces Beatriz hizo de todo para sobrevivir económicamente, rebuscándose siempre para obtener algún ingreso mínimo, hasta que llegó la pandemia del COVID-19 y la situación empeoró, así que no tuvo otra opción que alistarse junto con su papá e ir a ejercer el oficio, ya que él es constructor y necesitaba en ese momento de una persona que le ayude en su labor.

Pero no es la primera vez que esta mujer realiza este trabajo, ya que hace algunos años ya lo había hecho, precisamente cuando su progenitor quedó sin empleo; entonces ambos pusieron manos a la obra y terminaron la construcción de su propia casa. Y desde entonces cada vez que lo contratan, la joven lo acompaña para trabajar como su ayudante.

Con esfuerzo culminó su carrera

Para ella no fue fácil cursar la carrera de obstetricia, ya que la desarrolló con mucho sacrificio a consecuencia del factor económico, por lo que su papá se tuvo que ir a la Argentina para solventar los gastos de su universidad y así ayudar a su mamá, que también trabaja en una casa de familia.

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Bea, como también se la conoce, descubrió su gran amor a la obstetricia cuando estando en el colegio realizaban prácticas y pasantías como estudiante de técnico en salud. Habiendo pasado por diversas áreas, como vacunación, clínica médica, quirófano, salud pública, pediatría y en sala de parto, al presenciar un nacimiento fue cuando se dio cuenta de lo que realmente quería hacer en la vida.

Con la felicidad de haber logrado uno de sus objetivos en la vida. Foto: Gentileza.


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