Pedro Juan Caballero

Emerson Dutra, corresponsal.

Considerando los valores sociales del trabajo y de la libre iniciativa, que son medios de propiciar una subsistencia digna para los municipios, el intendente municipal de la vecina ciudad brasileña de Ponta Porã, Helio Peluffo, ordenó desde hoy la reapertura comercial en esa localidad de frontera.

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Sin embargo, el temor a contagiarse con el nuevo coronavirus obligó a la mayoría de los pobladores a quedarse en casa. Como consecuencia directa, los negocios permanecieron casi toda la mañana vacíos. Pocas personas se atrevieron a visitar esos locales comerciales que, por instrucciones de la Municipalidad, implementaron estrictas medidas sanitarias para evitar la expansión del COVID-19.

El uso obligatorio de tapabocas y el distanciamiento de seguridad, además del lavado de las manos con alcohol en gel antes de ingresar a las casas comerciales, fueron algunas de las medidas establecidas por los negocios, todo con la finalidad de dar tranquilidad a sus potenciales clientes.

Para resguardar la salud de sus pobladores, funcionarios municipales y de la policía municipal de esa ciudad salieron a las calles para orientar a los transeúntes.

Al parecer, el esfuerzo no fue suficiente puesto que el escaso movimiento de personas y vehículos en la vecina ciudad brasileña de Ponta Porã reflejó que el miedo al COVID-19 sigue latente en la zona de frontera.

En ese punto hay que recordar que en esa localidad brasileña autoridades sanitarias han confirmado casos positivos de COVID-19.

El temor es que el virus ingrese a la terraza del país por la línea internacional, hecho que ha obligado a los militares a intensificar el control de ingreso de personas y vehículos, desde Ponta Porã, a la capital departamental.

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