La cumbre del peregrinaje a la Villa Serrana para conmemorar a la Virgen de los milagros de Caacupé tiene lugar en el mirador ubicado a 65 metros de altura, en el punto accesible más alto de la Basílica, donde los feligreses emprenden un último trayecto.

Para llegar hasta la cima se sube escaleras que están acompañadas por pintorescas expresiones artísticas en las que quedaron impregnadas los hechos más relevantes que explican el origen y desarrollo de la leyenda de la Virgen de Caacupé.

La idea de la construcción del mirador responde justamente a la intención de enseñar los hechos históricos que giran alrededor de la Virgen; algunos relatos avalados documentalmente, otros que fueron transmitidos de boca en boca a través de los siglos.

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Al terminar de subir las escaleras se llega al balcón, donde se disfruta de una visual de 360° de las serranías que envuelven y acobijan a la Villa Serrana. Es inevitable detener la marcha, respirar el aire fresco, mirar el horizonte y olvidar por un momento del cansancio de los kilómetros de distancia recorridos.

El mirador no solo recibe a compatriotas sino también a extranjeros de distintas partes del mundo, atraídos por la rica historia católica y la exuberante naturaleza que aún rodea el lugar.

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