Un Estado que no garantiza derechos sino que castiga a las personas que no pueden acceder a ellos; escasez de políticas dirigidas a adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad y la coronación de las exclusiones con la privación de libertad, son las conclusiones que arroja una investigación realizada por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), con fondos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de Paraguay – CONACYT.

ADOLESCENTES Y JÓVENES EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL – Políticas sociales vs. Políticas punitivas, se denomina la investigación desarrollada de enero a diciembre de 2016 por Alejandra Estigarribia (investigadora principal) y Alejandra Torrents (investigadora adjunta), con el apoyo de los comisionados del MNP Dante Leguizamón y Diana Vargas.

Este estudio tuvo por objetivo analizar riesgos y vulnerabilidades, entornos sociales, trayectorias y proyecciones de adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley penal, para una compresión más profunda de la problemática y proveer información para el diseño de políticas públicas más adecuadas a esta población.

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Sus resultados fueron la sistematización de los planes y programas del Estado dirigidos a los adolescentes y jóvenes; y las historias de vida de diez personas (cuatro mujeres y seis varones), de 17 a 24 años, que se hallan privadas de libertad en el Centro Educativo de Itauguá, en el Centro Educativo La Esperanza, en el Centro Educativo Virgen de Fátima, en el Penal de Tacumbu y en el Penal del Buen Pastor.

Entorno familiar

"Los entornos familiares en los cuales crecieron las personas no son entornos propicios para el desarrollo de niñas, niños y adolescentes", refiere la investigadora Alejandra Estigarribia.

Una de las doce categorías de análisis de la investigación es Entorno Familiar y arrojó que: todas las personas entrevistadas tuvieron condiciones socioeconómicas adversas (trabajos precarios y en algunos casos de alto riesgo como por ejemplo el microtráfico). La mitad vivía en viviendas precarias; varias debieron iniciar sus actividades de producción de ingreso a temprana edad por falta de recursos familiares.

La mitad vivió situaciones de violencia intrafamiliar (la agresión dirigida del padre hacia madre), y la violencia afectó de manera directa a cuatro de las personas entrevistadas. Nueve de ellas reportaron entorno de consumo problemático de drogas y alcohol por parte del padre y/o la madre, hermanos y tíos. Seis de las personas tienen familiares directos que al momento de la entrevista se encontraban privados de libertad.

Educación

"El acceso a la educación no es un problema sino la permanencia", sostiene Estigarribia.

Otra de las categorías de análisis es la de Educación, donde emerge que: todas las personas tuvieron acceso a la educación formal, casi ninguna llegó al curso que se corresponde con su edad, sólo dos llegaron a completar la educación obligatoria (noveno grado) antes de la privación de libertad. El promedio de años de estudios de las personas entrevistadas es de seis (no alcanzan los requeridos obligatoriamente).

En todos los casos la educación se dio en combinación con actividades de producción de ingresos, con consumo de drogas y con escasez de recursos en el hogar familiar. Siete de las diez personas están estudiando en el lugar de privación de libertad donde la calidad de la educación es precaria e insuficiente.

"A la mañana nos íbamos a vender remedio. Nos íbamos a las 7 de la mañana y a las 12:30 por ahí ya veníamos. Después nos íbamos a la escuela hasta las 3 nomás. Siempre llevábamos un justificativo para retirarnos después del recreo". Persona entrevistada.

Producción de ingresos

"Hablamos de producción de ingresos y no de trabajo porque muchas de las actividades que estas personas realizan para su sobrevivencia diaria son actividades que están tipificadas como hechos punibles", explica la investigadora.

En todos los casos el inicio de actividades de producción de ingresos se dio a temprana edad, siendo el promedio de 9,5 años; la mayoría de las personas se inició con trabajos informales y luego los combinaron con microtráfico, robos o hurtos.

El motivo principal para el inicio de actividades de producción de ingresos tiene que ver con la necesidad del propio sostenimiento y por la escasez de recursos en el hogar. Estas actividades se dieron en la mayoría de los casos en contexto de desprotección; y más de la mitad de las personas trabajaron en contexto de calle, lo que implica una exposición a diversos peligros, por ende de alto riesgo.

"Yo decidí salir porque mi mamá se sentaba a llorar, que no podía más y que quería que nosotras estudiáramos; entonces le dije yo una vez a mi hermana, jaha ñande la ñande poha Sanlorenzope, jaha he´i [vamos con nuestro remedio a San Lorenzo], 'jaha' he´i [vamos me dijo]. Prácticamente nosotros (con mi hermana) le manteníamos a nuestros hermanitos. Nosotros luchamos por ellos porque mi papá siempre tomaba, fumaba". Persona entrevistada.

Drogas

"Crack es la droga más consumida, es la más barata y la más dañina en el sentido de la dependencia que genera y los daños a la salud que acarrea", puntualiza Estigarribia.

La mayoría de las personas entrevistadas consumen o consumieron drogas de forma problemática y en todos los casos el inicio fue a temprana edad, entre los 9 a 14 años; los motivos de inicio del consumo: problemas familiares, el hecho de ser víctimas de agresiones y la influencia de otras personas; el abanico de drogas consumidas es amplio.

Contacto con fuerzas represivas del Estado

"Normalmente se habla de una ausencia del Estado en su faceta de garante de derechos, de ejecutor de políticas públicas; sin embargo está muy presente en su faceta represiva", señala la investigadora.

El segundo mayor contacto con el Estado (la primera es la educación formal) de las personas entrevistadas se da a través de las fuerzas represivas (conjunto de instituciones que tienen la capacidad de ejercer coerción sobre la población como lo son las instituciones policiales y militares). Son las que más presente han estado en la vida de las personas entrevistadas y este contacto se da con distintas dependencias, de distintas formas y en distintos momentos. Pero el factor común es la violencia: en el momento de la aprehensión, durante la detención, en lugares de privación de libertad; los tipo de violencia: física, psicológica, sexual y extorsión.

"Empecé a esperar (en la Comisaría esperaba su derivación al CEI) y todas las noches nos jugaban los policías". Persona entrevistada.

Estos son algunos de los resultados del estudio cuyo resumen se halla disponible en el sitio web www.mnp.gov.py en investigación social/resúmenes.

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