Así como se esperaba, la caída de la actividad económica en mayo fue menor a lo registrado en abril, de acuerdo a lo observado en los indicadores a corto plazo publicados por el Banco Central del Paraguay (BCP). De esta manera, la caída económica se “suavizó” en el quinto mes del 2020 en plena pandemia por el covid- 19.
La actividad económica registró una caída interanual, aunque menor a la registrada en el mes anterior, afectada por las medidas de confinamiento social para contener la propagación del covid-19. De acuerdo a informaciones preliminares, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imaep) registró una variación de -7,4% con respecto al mismo mes del año anterior tras caer 12,2% en abril. Con este resultado, la actividad acumula una variación de -1,9% a mayo del 2020. En este comportamiento interanual incidieron principalmente los desempeños negativos registrados en los servicios, la industria manufacturera y la generación de energía eléctrica.
Sin embargo, los resultados positivos de la agricultura, la ganadería y la construcción ayudaron a atenuar la caída de la actividad económica. En los servicios predominan los efectos negativos observados en las actividades en hoteles y restaurantes, servicios a los hogares, comercio, servicios a las empresas, transportes, servicios gubernamentales e intermediación financiera. No obstante, mostraron resultados positivos las telecomunicaciones.
Mientras, dentro de la industria, las actividades que más incidieron negativamente fueron la producción de bebidas y tabacos, textiles y prendas de vestir, productos del papel, químicos, productos metálicos, cueros y calzados. No obstante, estos resultados fueron mitigados ligeramente por las variaciones positivas observadas en la producción de carnes, aceites, lácteos, entre otros.
La actividad de la construcción registró un crecimiento interanual, explicado principalmente por la ejecución de las obras, sobre todo públicas. Pero la menor generación de energía eléctrica de las binacionales continúa siendo explicada por el menor caudal hídrico del río Paraná, así como también por la menor demanda por parte de Brasil debido a una caída importante de su actividad económica. Sin embargo, la distribución de energía ha mostrado una dinámica favorable.