Lo que hasta hace unos años eran considera­das como nuevas tecno­logías para las grandes orga­nizaciones tecnológicas, los teléfonos inteligentes o smar­tphones hoy están pasando a un segundo plano, porque están siendo reemplazados en dicho concepto por otras nue­vas tecnologías, como lo son la realidad aumentada (RA), al igual que la realidad virtual (RV), los drones y los robots.

Esto no significa que los smar­tphones dejarían de fabricarse, sino simplemente, que las com­pañías se están preocupando más en desarrollar las más nuevas tecnologías, y un ejem­plo bien identificado y recor­dado por todos es el desarro­llado por la aplicación o juego Pokemon Go, que ya utilizó la RA y ya está más familiarizada por todos, que también próxi­mamente lo hará Google Maps para una mejor experiencia. En tanto que la RV está amplia­mente relacionada con juegos y entretenimiento, porque tiene el potencial para ser usada de maneras más significativas como en la educación, ya sea en Ciencias, Matemática, Inge­niería y Tecnología, también en la investigación y posiblemente en la atención médica.

Se habla de que en un futuro ya no lejano, RA y la RV se perfi­lan a ser más prolíficas o repro­ducibles y más accesibles a los consumidores expertos en tec­nología, mientras que para las organizaciones que buscan explotar este potencial, la tec­nología y la infraestructura deben ser lo suficientemente sólidas para manejar la cre­ciente demanda y evitar decep­cionar a los consumidores.

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Es por ello que firmas como la americana Vertiv, se dis­ponen a guiar a los responsa­ble de tomas de decisiones de las empresas en cuestiones de TI (Tecnologías de la Infor­mación) acerca de dichas ten­dencias, porque son quienes deberán invertir en reforzar y modernizar los centros de datos para permitir una adop­ción generalizada de dichas tecnologías.

Vertiv transmite unos puntos clave que puede explorar las empresas para prepararse y emprender hacia el viaje en la RV y RA como manejar volúmenes masivos de datos, porque tales aplica­ciones requieren una enorme cantidad de datos y entregar estas experiencias a través de la red supondrá un gran desafío.

La computación en el extremo de la red, ubica los centros de datos más cerca de los usua­rios finales, porque la potencia de procesamiento informático, almacenamiento y los análisis residen localmente. Así tam­bién, redefinir la capacidad de recuperación, además de abor­dar los problemas de conecti­vidad y latencia.

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