La Exposición Univer­sal Dubái 2020, que se desarrolla desde el 1 de octubre del 2021 en la fastuosa ciudad de los Emi­ratos Árabes Unidos (EAU), es una gran oportunidad para los más de 190 países y organizaciones participan­tes para mostrar al mundo su cultura, su riqueza turís­tica y su fuerza social, ade­más del potencial económico y, aunque la geopolítica juega un papel importante en esta clase de eventos, no se han visto manifestaciones de ese tipo en los pabellones de las naciones que están represen­tadas, salvo uno: el del Estado de Palestina. Los responsa­bles de crear el pabellón, de manera sutil, lo utilizaron como propaganda para la causa palestina, algo que se viene escuchando y repi­tiendo desde 1947, cuando en la Organización de las Nacio­nes Unidas una abrumadora mayoría de países que compo­nían en ese entonces la recién creada organización decidie­ron la partición del territo­rio del Mandato Británico de Palestina, creando dos Esta­dos, uno judío, el del Israel, y otro árabe, el de Palestina.

El pabellón el Estado de Pales­tina (así figura en la lista de países participantes) tiene un diseño muy atractivo, tanto por fuera como por dentro, y es visitado por gran cantidad de personas, en su mayoría turistas europeos que llegan hasta Dubái y aprovechan para visitar la gigantesca sede de la Expo, algo que también resultó llamativo, pues el pabellón de Israel es mayor­mente visitado por árabes y musulmanes. Esa diferen­cia entre quienes son mayo­ría entre los visitantes de cada uno de estos dos pabellones también deja enseñanza sobre el interés regional.

Una vez ingresado al recinto, el grupo de visitantes es reci­bido con un video que pre­senta los lugares sagrados del islam y el cristianismo en la ciudad de Jerusalén como parte del territorio palestino, sin mencionar la presencia del Muro de los Lamentos, restos del Segundo Templo de Salo­món, destruido por los roma­nos en las primeras décadas de la era cristiana.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

El estatus internacional dado por la ONU a la ciudad de Jeru­salén en 1947 podría servir como atenuante para no dis­cutir esta presentación hecha por los encargados del pabe­llón palestino, puesto que esta sagrada ciudad es la cereza del pastel del conflicto ára­be-israelí, que lleva décadas y que lentamente comienza a diluirse, a juzgar por la crea­ción del eje Israel-EAU, que amenaza con tumbar todos los conflictos regionales, afortu­nadamente, en un corto plazo.

“ERRORES”

Los “errores” de quienes crearon el espacio para mos­trar la cultura, la sociedad y el potencial del pueblo pales­tino fueron una muestra de que el verdadero interés de quienes los gobiernan solo buscan la desaparición del Estado de Israel y no apun­tan hacia un proceso de paz que los lleve a lograr el mismo desarrollo que sus vecinos.

En otro video se muestran algunas ciudades israelíes como parte de los territorios palestinos. Una de las que más llaman la atención es el caso de Haifa, una ciudad israelí que aloja al afamado Centro Tec­nológico Technion, es cuna de la cultura bahaí y donde también conviven de manera armoniosa judíos, cristianos, musulmanes y drusos. Esta ciudad, la tercera en importan­cia de Israel luego de Jerusalén y Tel Aviv, está ubicada sobre las costas del mar Mediterrá­neo y ha sido amenazada por Irán como uno de los blancos seguros a ser destruidos en caso de conflicto con Israel.

Esta amenaza pone al descu­bierto la burda propaganda que realizan los encargados del pabellón palestino en la Exposición Universal Dubái 2020, pues los radicales islá­micos que gobiernan Irán desde 1979 realizan una férrea defensa de la causa palestina y es uno de los grupos que pro­mueven la desaparición de Israel, financiando el terro­rismo en contra del Estado judío, así como en otras par­tes del mundo.

Pero no solo la ciudad de Haifa forma parte de Palestina, tal como lo presentan en videos propagandísticos, sino tam­bién lugares históricos como la fortaleza de Masada en el desierto de Judea, a orillas del mar Muerto.

Este sitio arqueológico que fuera construido por el rey Herodes el Grande y que para muchos es el primer “spa” del Medio Oriente fue escenario final para cerca de mil judíos que se refugiaron y resistieron por meses el asedio romano, para luego terminar en un sui­cidio colectivo, evitando de esa manera caer prisioneros de sus perseguidores.

La percepción final es el des­perdicio de oportunidad para un espacio muy bien cons­truido y diseñado, pero enfo­cado en gran parte en mos­trar una realidad geopolítica que no existe y que al final del recorrido queda patentado al presentar el mapa del Estado de Israel como el de Palestina.

Restos de la cúpula del Domo de la Roca fueron expuestos en el pabellón palestino en la Expo 2020 Dubái.FOTO:JUAN CARLOS DOS SANTOS

VISITA DE MAHMOUD ABÁS

Casi al mismo tiempo que me tocó visitar el pabellón pales­tino en la Expo, el líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abás, visitaba en su residencia al ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz, para ajustar temas de seguridad, lo que deja al descubierto la ambigüedad e hipocresía con las que se mane­jan las autoridades palestinas en una réplica del refrán “a Dios rogando y con el mazo dando”. La presencia del Estado de Israel en la primera exposi­ción universal efectuada en un país árabe y musulmán es una muestra de que las cosas van cambiando rápidamente en el otrora inestable Medio Oriente y, al decir de varios jóvenes emiratíes a quienes se les consultó sobre el largo con­flicto, eso ya es algo que lo ven como a las guerras en tiem­pos del imperio romano, algo totalmente del pasado.

NUEVA AGENDA DEL MUNDO ÁRABE

La causa palestina ha pasado varios puntos más abajo de la agenda del mundo árabe y varios de estos países están mucho más enfo­cados en la innovación, en la tecnología y en el desarrollo de otras fuentes de energía, sabiendo la limitación que tiene la dependen­cia del petróleo y el gas en el tiempo. Por eso es bien triste que el pueblo palestino, apresado por los terroristas de Hamás en Gaza y por la indiferencia, corrupción e ineptitud de la Autoridad Palestina en Cisjordania, no pueda realmente mostrar al mundo su esencia, su cultura y su potencial en el evento más grande del mundo y que recibirá la visita de más de 25 millones de personas en los seis meses que dure, promediando la cantidad de 150 mil a 200 mil visitantes de manera diaria durante las 12 horas que la muestra está abierta.

Dejanos tu comentario