Christchurch, Nueva Zelanda. AFP.

Un refugiado sirio y su hijo fueron enterrados este miércoles en Nueva Zelanda, los primeros funerales de víctimas del atentado contra dos mezquitas de Christchurch, mientras los neozelandeses se preparan para días de emotivas despedidas tras la masacre.

Cincuenta fieles fueron abatidos durante la oración del viernes por el supremacista blanco Brenton Tarrant en dos mezquitas de esta ciudad, la mayor de la Isla del Sur, una matanza que el agresor filmó y divulgó en directo en Facebook. Según Facebook, la matanza fue vista en directo menos de 200 veces, pero el grupo debió retirar 1,5 millones de videos compartidos.

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“Debemos presentar un frente unido ante este problema mundial”, dijo la primera ministra neozelandesa Jacinda Ardern, en rueda de prensa en Christchurch. “El hecho de que estas plataformas sean usadas para divulgar violencia no es solamente un problema neozelandés”, aseguró.

HUYÓ DE LA GUERRA

Cientos de personas, principalmente musulmanes, se congregaron la mañana del miércoles en un cementerio cercano a la mezquita de Linwood, la segunda de las atacadas. Allí rezaron e inhumaron los restos mortales de Khalid Mustafa, de 44 años, y su hijo Hamza, de 15.

La familia Mustafa llegó el año pasado a Nueva Zelanda como refugiados, huyendo de la guerra en Siria. Pero se toparon con la tragedia en la tierra en la que habían buscado asilo cuando Khalid y Hamza fueron abatidos en la mezquita de Al Noor, el primer centro atacado. Su hermano pequeño, Zaid, de 13 años, resultó herido pero sobrevivió. Este miércoles asistió al funeral en silla de ruedas. Entre los asistentes se encontraba también Abdul Aziz, un refugiado afgano que se enfrentó al atacante en la mezquita de Linwood.

AUSTRALIA CONDENA COMENTARIOS

Desde Australia, el primer ministro Scott Morrison condenó este miércoles unos comentarios que realizó tras los atentados el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. “Erdogan hizo unas declaraciones que considero muy ofensivas para los australianos y muy insensatas en esta delicada situación”, dijo Morrison, advirtiendo que sopesa “todas las opciones” en lo referente a las relaciones bilaterales. Erdogan había presentado los atentados en Nueva Zelanda como un ataque a Turquía y al islam y advirtió a los antimusulmanes de ese país que sufrirán la misma suerte que los soldados de la batalla de Gallipoli, durante la Primera Guerra Mundial, en la que los otomanos propinaron una sangrienta derrota a una fuerza aliada integrada básicamente por australianos y neozelandeses.

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