Buenos Aires, Argentina. AFP.
Bajar el déficit fiscal, contener la inflación y evitar que lo devore la deuda son los principales desafíos del gobierno de Mauricio Macri, necesitado de consensos para impulsar las reformas con las que pretende consolidar un cambio de modelo.
Las resistencias lo obligan al gradualismo, advierten analistas, al recordar que Argentina transita de una economía proteccionista, aislada de los mercados internacionales por tres lustros, a una liberal que busca la apertura y la inversión extranjera.
La economía cayó 2,3% en el 2016 y se recuperó 2,8% el año pasado. Para el 2018, el gobierno proyecta crecer 3%, algo optimista según analistas.
A Macri le urgen resultados que lleguen a una sociedad con 28,6% de pobreza y abrumada por la inflación que, aunque en declive, fue de 24,8% en el 2017, la segunda más alta en América Latina, después de Venezuela. Del éxito dependerá sus chances de aspirar a un segundo mandato en el 2019.
SIN MAYORÍA
"Como el gobierno no tiene mayoría, va despacio. En Argentina, donde se discute el modelo económico, los consensos son pocos", explica a la AFP el economista Ramiro Castiñeira, director de Econométrica. Las reformas para reducir el déficit fiscal, de casi 6% del PIB –según estimaciones privadas–, fueron tibias, sostiene Castiñeira.
La reforma de las pensiones "discutió solo cómo se indexan las jubilaciones, y la laboral no conseguirá abrir la macroeconomía", vaticinó.