Ricardo Rivas. Corresponsal en Argentina.

Twitter: @RtrivasRivas

Antes de las 10:00, una buena parte de los principales candidatos y candidatas que participan de las elecciones parlamentarias o de medio tiempo que se desarrollan este domingo en Argentina, ya ejercieron ese derecho. El presidente Alberto Fernández, al momento de hacerlo, en la mesa 69, ubicada en la Universidad Católica Argentina (UCA), en el barrio de Puerto Madero -donde tiene su residencia privada- destacó la “total normalidad” con la que se desarrolla el comicio.

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En breves expresiones ante los medios que lo aguardaban, cuando fue consultado acerca de un eventual diálogo con las oposiciones, después de las elecciones, el jefe de Estado destacó que “no somos nosotros (los oficialistas) los que no queremos el diálogo”. La vicepresidenta Cristina Fernández, por su parte, permanece en su domicilio.

Cuando promediaba la semana anterior, oficialmente se comunicó que “no” viajará a Río Gallegos, capital de la patagónica provincia de Santa Cruz, donde vota porque allí tiene su domicilio, “por indicación médica” ya que una decena de días atrás fue objeto de una intervención quirúrgica ginecológica. Los principales opositores Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, entre otros, también votaron temprano.

Los dos últimos mencionados lo hicieron después de desayunar junto con otras y otros conmilitones, como desde muchos años lo hacen en cada día de elecciones, desayunaron juntos, esta vez, en el Círculo Italiano. En ese contexto, Vidal, precisó que para la principal oposición, la coalición Juntos por el Cambio, “las expectativas son las mejores” y agregó que “siempre un día de votación es un día de alegría, porque es un día donde los argentinos tienen derecho a hacer oír su voz en todo el país”.

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Como lideresa triunfante en las Paso, sesenta días atrás, Vidal aseguró que esperan que el de hoy “sea un día que se desarrolle en paz y que a la noche se confirme lo que los argentinos ya expresaron el 12 de septiembre sobre lo que quieren para Argentina”.

Por su parte, el diputado Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta, luego de emitir el sufragio y al ser consultado sobre un eventual resultado adverso para la coalición oficialista Frente de Todos, respondió: “No hago futurología. La gente se tiene que expresar y después con tranquilidad se contarán los votos”.

Para las argentinas y argentinos que residen en el exterior -estimados en poco más de 400 mil personas- en algunos casos, las elecciones comenzaron en la tarde de ayer (sábado). Así fue para quienes residen, entre otras ciudades, en Sidney, Australia; y, en Beijing, República Popular China. Con estas elecciones se renovará un tercio de la Cámara de Senadores y la mitad de la de Diputados.

Las y los legisladores que resulten electos asumirán sus responsabilidades el venidero 10 de diciembre, cuando aún falten dos años para que se complete el mandato presidencial de Fernández.

La sociedad llega a esta instancia con singular expectativa por cuanto, en las pasadas elecciones primarias simultaneas y obligatorias (Paso), que se realizaron el 12 de septiembre último, el oficialismo resultó derrotado por 8 puntos porcentuales en todo el país y por 4 en la provincia de Buenos Aires, distrito especialmente importante porque allí habita el 39% del total del padrón nacional.

En la totalidad de las encuestas que se conocieron en las instancias previas a este día, tanto de las que fueron encargadas por las oposiciones como por el oficialismo, estiman que es posible una nueva caída del presidente Fernández y la vicepresidenta Fernández. Sin embargo, la casi totalidad de las y los consultores especializados en cuestiones electorales sugieren “prudencia” y recuerdan que sus trabajos de investigación social para conocer el estado de la opinión pública son “teóricos, aunque apoyados en datos reales”.

La verdad se conocerá después que se cierren, a las 18:00, las 101.457 mesas electorales. Desde ministerio del Interior, en esta ocasión, no informaron sobre ninguna estimación sobre la hora en que comenzarán a comunicarse los datos oficiales del escrutinio primario que, de todas formas, nunca será antes de las 21:00.

Hasta entonces, todos serán trascendidos, encuestas a “boca de urna” y operaciones de prensa para ganar espacios destacables en las tapas de los diarios de mañana que, a los ganadores, los impulse de cara al futuro inmediato y, a los derrotados, les amortigüe las caídas.

En resultado electoral que se conocerá en las próximas horas, para la totalidad de los y las analistas locales resulta “crucial” por cuanto al gobierno aún le quedan dos años de gestión y, en ese contexto, una eventual derrota podría generar serias dificultades políticas y, hacia la interna del Frente de Todos, enormes tensiones. “Lo que puede venir se asemeja más a la agonía de un fin de ciclo que a una derrota”, sintetiza esta mañana el colega Ricardo Kirschbaum, editor general del diario Clarín.

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Un amplio sector de esta sociedad, piensa lo mismo. Varias fuentes que solicitan reserva sobre sus identidades, del peronismo y, en particular, una de sus ramas el autodenominado Peronismo Republicano- dijeron a este corresponsal que “ayudaremos al gobierno para que complete el mandato pero no le firmaremos un cheque en blanco”.

La mayor preocupación social y política, si deviniera una nueva derrota, es la gobernanza. Alberto F. y Cristina F., emergerían debilitados. Especialmente si al futuro se lo observa y analiza desde la gestión bienal pasada que, en los números arroja guarismos contundentes.

Antes de que finalizara la semana última, la consultora Management & Fit, que dirige Mariel Fornoni, reportó que tanto el índice de optimismo político como el de optimismo económico “se mantienen estables” aunque en caída en la consideración de la opinión pública. El político se ubica en 20 puntos, en tanto que el económico se estaciona en 21. Y, si esos son los datos que dan cuenta de la coyuntura, de la cotidianidad, cuando se consulta acerca del futuro, también dan en baja.

COVID-19

La política y la economía, no esperanzan a las argentinas y a los argentinos. En lo que respecta a la pandemia y a la campaña de vacunación, la situación no es mejor. Hasta la tarde del sábado último, se registra un total de 5,30 millones de personas infectadas activas desde que la pandemia llegó a este país, en tanto que 116.228 fallecieron. Solo 27,4 millones de personas recibieron la vacunación completa (dos dosis), lo que supone que en esa situación se encuentra el 60,4% del total a vacunar.

Unos 9,2 millones de habitantes no fueron inoculados aún. “Las cosas no van bien”, se escucha en las calles y se refleja en las encuestas. El gobierno lo sabe. De hecho, unas pocas semanas atrás, la vicepresidenta Cristina Fernández, expresidente entre 2007 y 2015, públicamente fustigó al ejecutivo con una frase contundente: “Hay funcionarios que no funcionan” y, en ese contexto, les recomendó “buscar otro laburo”. Pruebas al canto. Todo está en juego en esta jornada.

La gran pregunta, entonces es, en el caso de una eventual caída, como lo reportan la totalidad de las encuestas cuyos resultados trascendieron ¿cuál es el futuro del proyecto político del oficialismo? Por esa razón, toda la atención se ubica en la mañana del día siguiente. Esta noche, será importante, sin dudas, pero, el lunes, no será un día más.

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