Santiago, Chile | AFP | por Paulina ABRAMOVICH

El presidente Sebastián Piñera reconoció este jueves que la Policía de Chile incumplió protocolos de uso de la fuerza y afirmó que la justicia determinará si violaron los derechos humanos, mientras Amnistía Internacional denunció una "política deliberada" para castigar a manifestantes durante las protestas que no cesan.

En medio de denuncias sobre el uso excesivo de la fuerza para disolver las manifestaciones que estallaron hace un mes, el mandatario reconoció que en algunos casos no se cumplieron las reglas establecidas en los protocolos creados en su primer gobierno (2010-2014), revisados y aprobados por organismos de derechos humanos en marzo pasado.

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"Si no se cumplieron esos protocolos, y yo creo que es posible que en algunos casos no se cumplieron, eso va a ser investigado por la Fiscalía y va a ser sancionado por los tribunales de Justicia", dijo Piñera en un encuentro con periodistas de medios extranjeros.

Las protestas estallaron el 18 de octubre y se saldan con 22 muertos. El Instituto Nacional de Derechos Humanos reporta unos 2.000 heridos, mientras que organizaciones sanitarias afirman que más de 280 personas sufrieron daño ocular severo por perdigones.

Ningún funcionario de la policía murió en las manifestaciones pero la institución contabiliza 1.600 agentes heridos. Hasta el 31 de octubre, la Fiscalía había abierto, además, 1.089 investigaciones penales por denuncias de violencia policial, 24 por presuntas torturas y nueve causas por supuesto abuso sexual o violación.

Perdigones en casos extremos

Según Piñera, el restablecimiento del orden público tiene que hacerse primero por la sola presencia de la Policía. Si eso no es suficiente "con diálogo, disuasión y convencimiento", se usa el carro lanza aguas o lacrimógenas. "Solamente cuando está en riesgo la vida de las personas, de los carabineros o de los civiles, se pueden usar escopetas que disparan perdigones y esos perdigones de acuerdo a protocolos deben ser de goma", explicó.

La policía anunció el martes que suspendió el uso de escopetas antidisturbios, después de que médicos denunciaron una "epidemia" de lesiones oculares, con un número de heridos que supera las cifras de zonas de conflictos en el mundo.

Un informe de la Universidad de Chile determinó que los perdigones usados por la policía están hechos solo en un 20% de caucho y el resto con otros elementos como plomo, lo que aumenta su dureza.

Piñera habló después que se hiciera público un reporte de Amnistía Internacional que denunció que las fuerzas de seguridad chilenas están cometiendo "ataques generalizados" y usando la fuerza "de manera innecesaria y excesiva" para castigar a los manifestantes.

"La intención de las fuerzas de seguridad chilenas es clara: lesionar a quienes se manifiestan para desincentivar la protesta, incluso llegando al extremo de usar la tortura y violencia sexual en contra de manifestantes", indicó el informe.

El Gobierno chileno "rechaza categóricamente" el reporte de AI, declaró la subsecretaria de Derechos Humanos Lorena Recabarren, asegurando que el informe "pretende establecer" que existe "una política deliberada para dañar a los manifestantes".

La Policía chilena indicó, por su parte, que no tuvo "intención de dañar" a los manifestantes, mientras que a través de un comunicado también las Fuerzas Armadas rechazaron el reporte de AI.

"No existió, ni existe ninguna política de las FFAA para dirigir ataques generalizados o sistemáticos contra la población civil", dijo una declaración conjunta del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea de Chile.

Protestas no cesan

Las protestas en Santiago se han mantenido, aunque con un menor número de participantes respecto a anteriores semanas. Pero continúan los incendios y saqueos en varias ciudades del país, como Antofagasta (norte), Concepción (sur) y el vecino puerto de Valparaíso.

Este jueves, un millar de personas se concentraron en plaza Italia, centro neurálgico de las protestas capitalinas, donde encapuchados se enfrentaron a la Policía. Más temprano, miles de profesores marcharon frente al palacio gubernamental de La Moneda e igualmente fueron dispersados.

Por la tarde, varias tiendas de un centro comercial de la comuna de Quilicura, en el norte de Santiago, fueron incendiadas después que el alcalde Juan Carrasco pidiera que se investigara una denuncia de presuntas torturas al interior de este lugar.

En Antofagasta, al menos cinco manifestantes resultaron heridos cuando un auto irrumpió a gran velocidad en momentos en que encapuchados mantenían el tránsito cortado en una de las principales avenidas de esta ciudad, mientras que en Concepción, la urbe más grande del sur chileno, centenares de personas se plantaron en las calles más céntricas, donde fueron dispersadas por agentes antidisturbios.

Por redes sociales se convocó a la “quinta marcha más grande de Chile” en Santiago, una manifestación que ha congregado a un gran número de personas cada viernes desde que estalló la convulsión social.

Etiquetas: #Chile#DDHH

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