Una joven de 20 años había muerto y como era donante de órganos, su corazón salvó la vida a otra persona. Su papá pedaleó kilómetros para volver a escuchar sus latidos.

Abbey Conner era una joven de Wisconsin EE.UU. que fue a pasar las vacaciones a Playa del Carmen, México junto a su familia, a inicios del 2017. El día que llegaron, Abbey sufrió un accidente en la piscina del hotel y tras algunos días de estar internada, falleció.

Como la joven era donante, sus órganos fueron donados y luego de algún tiempo, su padre, Bill Conner, recorrió 4000 km en bicicleta para encontrarse con la persona que había recibido el corazón de Abbey.

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Tras un emotivo abrazo, Bill volvió a sentir a su hija, a través de los latidos de su corazón en otra persona. Jack, un hombre a quien le quedan días de vida, mediante el trasplante pudo tener otra oportunidad para seguir viviendo.

Durante el encuentro, Jack entregó al padre de la joven un estetoscopio para poder escuchar los latidos del corazón de Abbey, lo cual coronó el momento.

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