Skopje, Macedonia | AFP, por Saska CVETKOVSKA.

El Parlamento macedonio decide este lunes si ratifica o no el acuerdo con Grecia para cambiarle el nombre al país y que éste pase a llamarse "República de Macdonia del Norte", lo que resolvería uno de los litigios más antiguos de Europa.

La batalla se anuncia difícil para el primer ministro Zoran Zaev (socialdemócrata), que alcanzó este acuerdo en junio con su homólogo griego, Alexis Tsipras. Apoyada por los partidos de la minoría albanesa (20 a 25% de 2,1 millones de habitantes), su coalición no cuenta con la mayoría de dos tercios necesaria para enmendar la constitución. Así, tendrá que convencer a una decena de diputados de la oposición conservadora (VMRO-DPMNE).

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Desde la independencia de su vecino en 1991, Grecia considera que el nombre de "Macedonia" solo puede aplicarse a su provincia septentrional, en torno a Salónica. Además, ha vetado la integración del pequeño país balcánico en la OTAN y bloquea las negociaciones de adhesión a la Unión Europea.

El referéndum del 30 de septiembre, consultativo, no dio suficiente legitimidad política a Zoran Zaev como para ganarse a los diputados opositores, a quienes el mandatario quiere convencer de que no socaven el viraje hacia occidente de este país, empobrecido y enclavado en los Balcanes.

El sí ganó con más del 90%, pero la tasa de participación fue de solo el 37%, muy lejos del 50% requerido por la Constitución macedonia para que el referéndum sea válido.

La abstención estuvo alentada por unas listas obsoletas, una fuerte diáspora y el boicot que llevó a cabo gran parte de la oposición.

Sin 'plan B'

En el Parlamento, "no habrá mayoría de dos tercios, ¡no lo esperen!", advirtió un responsable del VMRO-DPMNE, Trajko Veljanovski. Otro cargo del partido, Ilija Dimovski, fue más prudente: "Veremos lo que pasa, pero los diputados del VMRO-DPMNE, o la mayoría de ellos, no apoyarán el acuerdo".

Este fin de semana debían celebrarse unas reuniones "con cuatro o cinco diputados", los que faltarían para alcanzar la mayoría reforzada, "pero todo eso es muy incierto", dijo a la AFP un responsable gubernamental, que pidió el anonimato.

Si su iniciativa fracasa, Zoran Zaev anunció que convocará elecciones legislativas anticipadas.

Según Florian Bieber, especialista en los Balcanes en la universidad de Graz (Austria), no será "imposible que los partidos favorables al acuerdo obtengan una mayoría de dos tercios y ratifiquen el texto. El acuerdo morirá o quedará suspendido únicamente si eso no ocurre".

Pero, si el Parlamento no lo respalda, "no veo cómo podría sobrevivir el acuerdo", consideró Boris Georgievski, experto en relaciones internacionales y responsable de la programación en macedonio del canal Deutsche Welle.

Además, el tiempo apremia: el asunto debería quedar saldado a finales de 2018.

Si el acuerdo no prospera, Macedonia podría verse aislada internacionalmente. Ya en julio, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, advirtió que si no se revisa la Constitución, "la invitación de la OTAN quedará anulada y las negociaciones con la UE no avanzarán". Esta "oportunidad no se repetirá", avisó Zoran Zaev, que instó a la oposición a "asumir responsabilidades".

"No hay plan B", repitió el 8 de octubre en Serbia el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. "La única manera de ser miembro de la OTAN para el país es ponerse de acuerdo con Grecia sobre la cuestión del nombre".

La sesión parlamentaria debía empezar a las 11H00 (09H00 GMT).

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