investigacion@gruponacion.com.py
La diputada Celeste Amarilla forma parte de la Comisión Bicameral que investiga el lavado de dinero, conocido como el caso Messer. Sin embargo, el rol de parlamentaria anticorrupción desempeña solo cuando le conviene. El caso de su piscina en la calle es una muestra de que no le importa mucho la legalidad o la corrupción cuando se trata de sus intereses.
En su cuenta de Twitter se encargó de demostrar su intolerancia a las normas al acudir a todo tipo de justificativos para minimizar el hecho ilegal y la decisión de la Municipalidad de San Bernardino, que le solicitó retirar su piscina de la calle.
Culpó a su albañil, a quien trató de estúpido atribuyéndole el “error” de construir la piscina de su casa en un espacio público, en la costa del lago Ypacaraí, en San Bernardino.
“Cállate, soy la única que da la cara y va a corregir el error del estúpido constructor. Así que dejá de molestar”, fue la respuesta que Amarilla dio a uno de sus seguidores en Twitter. Si bien la parlamentaria reconoció la usurpación, intentó justificar que la ocupación ilegal abarca “solo 15 cm”, arremetió contra otros supuestos invasores de espacios públicos en San Bernardino y maltrató a los internautas que la criticaban, etc.
En todo momento se manifestó con prepotencia, tal como la describen sus vecinos de la ciudad veraniega. El día de la mensura frente a su domicilio no quiso hablar con la prensa, cuando ella misma realizó la convocatoria.
Al parecer le duele tener que adecuarse a las normas y realizar el desalojo de un espacio que no le corresponde.
En otro tuit, la legisladora incluso dijo que el ex presidente Horacio Cartes es quien quiere que mueva su piscina del lugar. “El patrón ya lo ordenó” escribió. Sin embargo, ella ya fue notificada por la Municipalidad de San Bernardino por ocupación indebida y cuando nuestro diario publicó el hecho, estalló el escándalo e irremediablemente deberá hacer la mudanza.
Versiones de los vecinos y con nuestra visita también comprobamos que la diputada Amarilla no solo tiene una piscina en espacio público, sino que se encargó de adueñarse de toda la costa del lago frente a su domicilio y protegió el área con filosas plantas de manera que los transeúntes no puedan ingresar en esa zona.
UN MUELLE PRIVADO
En su lugar de relax, ubicado en el barrio cerrado Puerta del Lago, de San Bernardino, Amarilla también tiene un muelle privado, que conecta directamente su casaquinta con el lago Ypacaraí. El encargado de Dirección de Planificación Urbana de la Municipalidad de San Bernardino aclaró que ese muelle es público y que ella no puede privatizarlo. La diputada ubicó sus sillones y otras pertenencias en esa parte para poder disfrutar de la vista al lago.
AL JUZGADO DE FALTAS
La situación irregular fue derivada en la fecha al Juzgado de Faltas de la ciudad cordillerana, que deberá tomar cartas en el asunto para que se pueda despejar el lugar y devolver a los pobladores el espacio que les pertenece.
La diputada pidió tiempo para cumplir con la disposición de la comuna.