Les pedimos a nuestros compañeros “dibujeros top”, Nico y Melki, que nos cuenten a través de unas caricaturas qué les inspira la figura del 10. Ambos pusieron su talento en la cancha y nos dibujaron –y contaron– cómo ven y sienten al Diego.

“Si alguna vez escuchamos un trueno”

Escribir sobre un indiscutible ídolo del fútbol a un desconocedor de la materia como yo es harto difícil… y hasta cuestionable. Y conste que, nobleza obliga, en el año 2007 edité un libro, “Gol de Nico”, dedicado a los grandes del fútbol, entre los que figura Diego Armando Maradona.

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Es indiscutible la energía que inyecta el fútbol en nuestra sociedad, sentimientos, pasiones. Alegrías y tristezas, dependiendo del lado en que se encuentra nuestra simpatía a la hora de culminar un partido.

Imagino a un arquero parado en la inmensa soledad de un arco a la hora de un penal… y que Diego sea el que va a patear el balón. Así me siento ahora. No sé qué pensar, no sé qué decir. Creo que no me queda otra alternativa que dejar entrar el gol.

Recuerdo en el año 1978, llegaba el Mundial de Argentina y el DT argentino, Menotti, creo que era su apellido, no le incluyó a Maradona en el equipo mundialista. En un artículo de la revista Gente, con una foto de ambos yendo hacia una salida, rezaba un título que me impresionó: “Escuchame, Pibe”.

Allí estaba, el DT conocedor, experimentado, ganador, dándole un consejo a una futura y fulgurante estrella del fútbol para que no se desanimara, para que siga, para que espere su oportunidad.

La espera habrá sido larga para Diego, su juventud, las ganas de demostrar su valía, su talento, supongo la hizo más larga e indudablemente tuvo sus frutos. En el siguiente mundial vinieron los goles, las grandes jugadas, las actitudes, las poses de ganador, los festejos, uno tras otro. Aquel pibe de entonces, ahora escuchaba corear su nombre en las graderías. El mundo era suyo.

Por lo que comentan solo puedo decir que fue un gran atleta, un jugador que tenía magia en las piernas… y supongo que hasta en las manos, quizás por eso se le quedó pegado aquél apelativo, “La mano de Dios”.

Si alguna vez escuchamos un trueno que suena como un grito de gol, podríamos jurar que lo hizo él. Los hombres pasan, los goles quedan.

“Hacía brillar los ojos de la gente”

“Como futbolista amateur en actividad no puedo dejar de sentir la partida de Maradona. Para mí con Pelé ahí arriba son los dos más grandes de todos los tiempos y luego viene el resto. El jugador que mejor domina la pelota que vi hasta ahora. ¿Quién no soñó de chico jugar como él? ¿O le copió o intentó copiarle un enganche, una gambeta igual?

“Sin dudas es un ícono argentino mundial que va a permanecer siempre en la memoria de los que amamos el fútbol”.

Supe de él en el Mundial del 86. Solo había dos o tres televisores en esa época en Yby Yaú y nos agolpamos en la despensa de “Pililí” para verlo jugar. Me dí cuenta de lo que era por cómo le brillaban los ojos a la gente cuando hablaban de él. De cómo se llenaban la boca en halagos cuando decían que hacía esto o lo otro en la cancha”.

“En vida siempre era blanco de mis chistes gráficos y hasta un medio de Corrientes se hizo eco una vez de eso, pero en buena onda. Ahora que ya partió me quedo con el excepcional genio del fútbol y por supuesto todo mi respeto a esa trayectoria que dio tanto a la poesía estética del deporte más popular del planeta”.

Etiquetas: #Diego x 2

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