- Por Óscar Gómez Verdina
- oscar.gomez@gruponacion.com.py
- Fotos Nadia Monges
Han pasado ya 40 años de la segunda y última consagración de la selección paraguaya a nivel continental y Aldo Florentín sigue sin encontrar palabras para describir la sensación que recorre el cuerpo al levantar el trofeo. “Ganar la Copa América es inexplicable”, admite quien fuera capitán de la Albirroja en el juego definitivo ante Chile, el 11 de diciembre de 1979 en el estadio José Amalfitani de Buenos Aires.
Hoy la selección paraguaya inicia un nuevo camino en esta competencia e independientemente al momento que atraviese, la ilusión siempre está. Especialmente la del capitán campeón de América, quien nunca se despega de su buzo albirrojo aunque asegura preferir alentar a Paraguay desde su casa y no en el estadio, a causa del fanatismo desmedido que puede alcanzar durante los partidos. “Mirando desde afuera me pongo muy nervioso. Soy muy fanático. Quiero tanto a la selección que vivo de una manera extraordinaria. Vibro con Paraguay esperando que salgan bien las cosas. Por eso muy pocas veces voy a la cancha cuando juega la Albirroja, porque me pongo muy nervioso y prefiero estar así en mi casa viendo por televisión”, se sincera.
CONSAGRACIÓN Y CAPITANÍA
Cuarenta años atrás, la Copa América tenía un formato completamente distinto al actual. Sin sede fija y con partidos de local y visitante, todas las selecciones debían viajar constantemente para jugar sus partidos entre julio y diciembre. Antes de la “finalísima” en Argentina, Paraguay y Chile ya habían disputado la final de ida y vuelta en Asunción y Santiago. En nuestra capital fue una goleada contundente del combinado nacional: 3-0 con doblete de “Romerito” y uno de Milciades Morel. Mientras que en Santiago, los locales aseguraron el tercer partido al triunfar por 1-0.
Tras el empate sin goles en tiempo normal y en el suplementario, la Albirroja se adjudicó el título, tomando en cuenta la mejor diferencia de gol en la sumatoria de los tres juegos. Paraguay era una fiesta. En las dos primeras finales Aldo Florentín no estuvo entre los titulares.
En el Defensores del Chaco ingresó a los 62’ en lugar de Luis Torres y en el Nacional de Santiago, lo hizo por Carlos Kiese al inicio del segundo tiempo. Pero en la semana previa al partido en el estadio de Vélez Sarsfield, el por entonces melenudo mediocampista recibió el llamado del entrenador Ranulfo Miranda, quien le comunicó que además de ser titular, portaría el brazalete de capitán ¡con apenas 22 años! “Él (Miranda) era un gran técnico. Luego de los dos primeros partidos habló conmigo y me dijo que depositaba toda su confianza en mí, poniéndome como capitán en la final de Buenos Aires. Fue algo inolvidable y creo que no le decepcioné”, recuerda.
UNIDAD
Por la complicación que representaba juntar a todos los futbolistas para tener que viajar y jugar los partidos, aquel plantel contaba con 32 jugadores, nueve más de los que conforman las selecciones que participan de la Copa América en Brasil. Florentín rememora un momento especial de aquella competencia, cuando por la última fecha del grupo C debían jugarse la clasificación a las semifinales al visitar a Uruguay en el estadio Centenario de Montevideo, sin poder contar con los futbolistas de Olimpia, quienes se preparaban para jugar la Copa Intercontinental ante el Malmö de Suecia. “Aquel partido fue quizá el más difícil que tuvimos.
Los jugadores de Olimpia no estaban en el plantel y necesitábamos un empate en el Centenario para clasificar. Jugar en ese estadio nunca fue fácil y menos en aquella época. Muy pocos apostaban por nuestra clasificación, pero los muchachos dejaron todo, la unidad que había en el grupo era algo único, era lo que mejor caracterizaba a ese plantel”, recuerda, agregando cómo se había desarrollado el partido: “Nuestros dos goles los marcó Eugenio Morel. Primero marcamos nosotros, pero en el segundo tiempo ellos dieron vuelta. Cuando faltaba poco para que termine, Morel anotó el empate y la clasificación a la semifinal”.
ACTUALIDAD Y JUVENTUD
Sin dudas Florentín es una palabra autorizada para hablar sobre la selección y su actualidad. En su análisis, rescata la juventud del plantel e insta a estos a ponerse el equipo al hombro durante el proceso de reformación de la Albirroja.
“Pienso que se puede hacer una buena Copa América porque tenemos varios jugadores de mucha proyección en el exterior, más allá de su juventud. El equipo todavía se está probando, el poco tiempo de trabajo muchas veces complica y por eso es importante que los jugadores se pongan el equipo al hombro y dejen todo en la cancha. Si todavía no se puede plasmar a la perfección la idea de juego del técnico, mucho depende de lo que hagan los jugadores, ellos se tienen que esmerar y ponerse el equipo al hombro. Esa era una de las virtudes de aquel equipo del 79; nosotros podíamos ganar, empatar o perder, pero la camiseta se transpiraba. La actitud dentro de la cancha era innegociable”, asegura.
RECUPERAR LA RELACIÓN
De un tiempo a esta parte y tras quedar fuera de los últimos dos mundiales, la relación hinchada-selección quedó deteriorada en cierta manera. Para el encargado de levantar el trofeo de campeón en 1979, es vital el papel de los jugadores en la reconstrucción de esta relación. “Independientemente a los resultados, yo creo que la gente volverá a sentirse identificada y motivada si ve a los jugadores entregándose al máximo en la cancha”, expresó. “Pienso que los chicos van a querer demostrar que están hechos para la selección. Estamos para grandes cosas y ojalá que con estos jugadores la bandera paraguaya pueda flamear nuevamente en el próximo mundial”, finaliza.
VINCULADO
Florentín nunca se desligó por completo del fútbol. Tras abandonar la práctica, pasó a un costado del campo de juego para ser entrenador. Actualmente dirige al 3 de Noviembre del barrio San Pablo, equipo con el que debutó el fin de semana pasado, derrotando 1-0 a Recoleta, por el torneo de la Primera División B.
REFERENTES
“‘Gatito’ Fernández creció enormemente. También tenemos a Gustavo Gómez y Rodrigo Rojas como referentes y jugadores clave de este plantel”, refirió Florentín. Agregó que la velocidad de Miguel Almirón será importante también para el equipo.
COMPARACIÓN
Al mencionar la velocidad de ‘Miggy’, Aldo Florentín recordó a Evaristo Isasi, Amado Pérez y Pedro Nelson Fleitas como los jugadores más rápidos del plantel campeón de América. “Eran rapidísimos y eso hizo que se ganen el cariño del hincha, a la gente le gusta ver a los jugadores veloces”, expresó.
RETORNO
Tras volver de Buenos Aires con el trofeo en mano, Florentín cuenta que Asunción era una fiesta y que hasta tuvieron problemas para bajar del avión por la gran cantidad de gente que fue hasta el aeropuerto para recibir a los campeones. “La gente confiaba plenamente en nosotros y fueron a agradecernos en masa”, contó.