No estaba siendo una buena tarde para Olimpia. El buen planteamiento defensivo de Nacional obligó al Franjeado a abandonar en más de una oportunidad el libreto y por eso, durante gran parte del primer tiempo, vimos a Carlos Rolón y José Leguizamón lanzando balones cruzados para un Roque Santa Cruz que siempre marca el pase.

Otro punto clave de la débil primera mitad (cabe mencionar que Olimpia fue el dominador de la pelota, pero eso no significó que fuera superior desde la generación de ocasiones claras) fue la poca participación en ataque de los laterales. Ni Maxi Olivera y mucho menos Luis de la Cruz pasaron al ataque y como nunca Olimpia sintió la ausencia de, especialmente, Sergio Otálvaro. El que siempre buscó y siempre intentó, además de Roque, fue Alejandro Silva.

Pero gracias a un penal, muy bien cobrado por cierto, Olimpia encontró el camino en el segundo tiempo. Silva se encargó de cambiarlo por gol y a partir de ahí cambió todo en el partido. Nacional quedó obligado a salir y a dejar espacios, lo lógico. Y así llegó el segundo de un equipo decano que recuperó su juego. Luego volvió a tener un lapsus, al igual que en el primer partido ante General Díaz, donde nuevamente concedió un gol. Pero el juego nunca se le escapó de las manos y Carlos Rolón sentenció la historia sobre el final.

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Olimpia sigue sin perder en el fútbol casero. Ya son 25 los partidos imbatibles del equipo de Garnero.

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