- POR CARLOS GIMÉNEZ
- Periodista
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“Nosotros producíamos algunos shows en Córdoba, yo producía shows de mis bandas, y un día, un locutor muy famoso que se llamaba Julio Mahárbiz, que era del festival de folclore; nos propone utilizar la plaza Próspero Molina para un festival de rock en febrero, y eso generó una revolución contraria por parte del folclore, y ahí un montón de rockeros se sumaron”, relató el productor argentino José Palazzo, cómo nació el Cosquín Rock, hace dos décadas.
Continuó: “Cuando se hizo medio hostil, muchos rockeros dijeron: ‘bueno, vamos, yo te acompaño’. Y ahí empezó este festival, que empezó a crecer, a crecer, a crecer, y que ahora en febrero va estar cumpliendo 20 años. Pasó por distintos lugares, la plaza Próspero Molina quedó chica, después fuimos a un lugar que se llama San Roque, y finalmente terminamos en un lugar que para mí es genial, que es un aeroclub, donde utilizamos 9 hectáreas y tenemos 7 escenarios”.
Palazzo vino el miércoles pasado, para acompañar el lanzamiento de la segunda edición del festival Cosquín Rock en Paraguay, que el 7 de setiembre, en el Espacio Idesa, reunirá a 22 artistas nacionales y latinoamericanos, como Molotov, Babasónicos, No Te Va Gustar, Carajo, Miss Bolivia, entre otros.
SUPERVIVENCIA
“Creo que la mejor forma de que la industria siga en movimiento, independientemente de las políticas y las situaciones que viven cada uno de los países, es seguir haciendo. La música se sigue generando, siguen saliendo todo el tiempo chicos y chicas nuevos que van haciendo cosas, y está bueno que nosotros formemos parte de un proyecto que puede, de alguna manera, ayudar a abarcar y sumar”, comentó Palazzo.
“El Cosquín ha recorrido toda Latinoamérica. Hemos ido a países que están muy bien, como los Estados Unidos, y países que no lo están tanto; y en Argentina estamos cumpliendo 19 años. En los 19 años hemos pasado tres crisis gravísimas y hemos pensando seriamente en que esto no seguía, y acá estamos. Yo creo que la música tiene una esencia especial que es la supervivencia”, continuó.
“De hecho, la cultura rock (porque nuestro festival es más amplio que el rock), históricamente tuvo que adaptarse a cambios, a cambios sociopolíticos, económicos... siempre al rockero lo miraron mal, siempre no tuvo lugar donde tocar. Entonces, siempre fuimos, de alguna manera, una contracultura. En una crisis general, como está pasando en Latinoamérica, los festivales son como una caricia para todos los que estamos buscando ese espacio”.
INDUSTRIA LOCAL
“La programación tiene diversidad de artistas y estilos musicales. Movilizar la industria es importante, y los festivales hacen eso, porque vos podés descubrir un artista que no escuchaste nunca y que te termina gustando. Lo mismo pasa con las bandas, tienen que hacer repertorio específico. Es toda una cultura, un movimiento importante, es una plataforma importante para artistas pequeños y medianos, para que puedan, en vivo, mostrarse”, opinó.
Consultado sobre su perspectiva acerca de la industria musical en Paraguay, el productor contestó: “Tienen bandas muy profesionales, tienen un crecimiento muy importante, tienen una industria con mucho potencial, no solo en el rock, si no en un montón de otros estilos más, y sinceramente creo que nosotros estamos dando los primeros pasos, y que vamos a hacer mucho más acá”.