El cine paraguayo viene conquistando importantes logros en los últimos años, muchas veces con poco apoyo y enormes esfuerzos; dentro de estos esfuerzos existen pilares de una esencial fuerza femenina. Talentosas creadoras y profesionales, frente y detrás de cámaras, como Paz Encina, Galia Giménez, Renate Costa, Gabriela Sabaté, Tana Schémbori, Ana Brun, Tania Simbrón, Lali González, por citar solo algunas, hicieron posible que el audiovisual nacional recorra el mundo con calidad y orgullo.

Con esos nombres consolidados, tras tanto aprendizaje y sacrificios, se empieza a dibujar una generación de nuevas realizadoras, quienes desde la formación académica y una sensibilidad creativa comenzaron a construir su propia cinematografía y a emprender un auspicioso camino.

Entre estas nuevas miradas aparece la de Tania Cattebeke, que se graduó de psicóloga y como licenciada de Cinematografía en la Universidad Columbia del Paraguay. Ahora va por una maestría de cine en Austin, Texas (EEUU), mientras sus primeras obras brillan en diversos festivales y plataformas.

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“Si todo sale bien, en agosto arranco la maestría de cine en Austin. Es una beca completa que gané del programa Fulbright de la Embajada de Estados Unidos. En concreto, lo que voy a hacer es un Master in Fine Arts (MFA) enfocado en directores de cine de la Universidad de Texas en Austin. Durante los 3 años que dura voy a seguir trabajando en proyectos de ficción y documental”, explicó Cattebeke, cruzando los dedos, como todo el mundo, para que las islas de “normalidad” vayan abriéndose paso a través de la pandemia.

Talents Buenos Aires

“El sector audiovisual está bastante afectado por el COVID-19. Para todos son tiempos muy desafiantes”, opina la joven realizadora. “Creo que nadie tiene certezas ni un panorama muy claro en este momento, habrá que ir viendo en el camino cómo repensar procesos, situaciones y cómo enfrentar nuevos desafíos que se van a ir dando”, sostuvo.

Una de las consecuencias negativas del nuevo coronavirus en el año de Tania Cattebeke es que ya tenía pasaje asegurado, en abril pasado, para participar de la XV edición del Talents Buenos Aires, un foro al cual fue seleccionada entre cientos de postulantes de todo el continente y que iba a tener lugar en el marco del BAFICI (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente), que terminó siendo cancelado. Con ella fue elegida otra paraguaya, la escritora y crítica de cine Ofelia Meza.

“Finalmente el Talents se va a realizar de forma online en la primera quincena del mes de agosto. Conozco a Ofe, ahora gracias al Talents un poco más, ya que estamos en comunicación constante”, contó, sobre esa situación.

No obstante, el panorama para Cattebeke ya está marcado, una vez que tenga oportunidad de concretar el que se postula como principal objetivo en este momento: “Mis próximos proyectos van a estar relacionados a la maestría. Voy a seguir haciendo tanto ficción como documental. Si todo sale bien y puedo llegar sin problemas a Austin, van a ser historias de otra cultura, otro idioma, con otros desafíos. Creo que toda esa experiencia me va a hacer crecer mucho, personal y profesionalmente”.

La infancia del padre

Respecto a su último trabajo terminado, el cortometraje de ficción “Veo, veo” se estrenó en el Festival de cine de la Habana a finales del 2019. También fue parte de la selección oficial de Watersprite Cambridge International Film Festival y estuvo nominado en las categorías de mejor dirección y mejor interpretación (Sara Delgado, la niña protagonista del corto).

“Queríamos estrenar en Paraguay este año pero el COVID-19 cambió mucho el panorama de distribución, que sigue siendo bastante incierto”, informó su directora.

Su cuarto cortometraje, que tiene una duración de casi 20 minutos, fue grabado en la ciudad de Valenzuela (Cordillera), en el 2018. Participó un equipo de producción bastante extenso y fue una producción de Picante productora y Brief, en coproducción con Sabaté Films y la producción asociada de 1120 studio.

“Veo, veo” se ambienta durante la guerra civil paraguaya de 1947, acerca de una niña del partido rojo que entabla una relación de amistad con un niño del partido opositor. “El guión está inspirado en la infancia de mi padre, que vivió la revolución del ’47 en el Chaco paraguayo”, detalla la autora.

Previamente, el texto de “Veo, veo” fue galardonado en el concurso internacional de guión cinematográfico “Centenario de Augusto Roa Bastos”, organizado por el Centro Cultural de la República El Cabildo.

Discovery Kids

Sin dudas, ese ímpetu para contar historias puede marcar a las personas desde muy temprano y conducirlas por inesperados senderos para encontrar el medio para expresar su voz. En el caso de esta emergente cineasta, vino al mundo como la quinta y última hija, después de que la cuarta -9 años mayor que Tania- ya haya sido totalmente inesperada.

De chica, su juego favorito era juntar hojas de oficio, doblarlas por la mitad, presillarlas y escribir cuentitos ilustrados, refiere su perfil en la web de la productora Picante. Aquellos relatos infantiles eran sobre astronautas, animales y de niños que viajaban por el mundo.

Luego, cuando aprendió a escribir, Tania supo que le gustaba contar historias. Su programa favorito era “Mi guión en Discovery Kids”, una serie de televisión en la que los niños enviaban guiones y los ganadores se grababan y el programa mostraba sus trabajos. El sueño más anhelado de Tania por muchos años fue ver una de sus historias en Discovery Kids. Lastimosamente el sueño, así tal cual, no se pudo cumplir, pero la motivo para seguir escribiendo, tanto en la academia literaria del colegio y en la escuela de escritores de El Lector; hasta que llegó el instante de volcarse a una carrera cinematográfica, que sí llevó sus historias a pantallas alrededor del planeta.

El salto internacional

En todas sus obras, Tania Cattebeke ha desempeñado los roles de directora, guionista y productora. Su primer corto, “Quiescencia” (2015) ganó el primer premio del Leamington Underground Cinema (LUC), certamen de Inglaterra que le adjudicó 1.000 libras esterlinas, por narrar, en casi 9 minutos, el padecer de una madre soltera ante la burocracia, al buscar un permiso de ausencia para completar el documento que le permitirá a su hijo a inscribirse en el primer grado. “Quiescencia” también viajó a festivales de México, Brasil, Australia y Portugal, mientras Cattebeke estaba apenas en segundo año de la carrera de realización cinematográfica.

Con su siguiente trabajo de universidad, “Olia” (2016) de 4 minutos de duración, también se repartió en diversas muestras del mundo; pero lo más destacado fue la selección en la competencia “Short Film Corner” del prestigioso Festival de Cannes (Francia) y también fue finalista de un concurso organizado por Financial Times; con un drama de ficción en torno a una vecina muda que accede a cuidar a un niño llamado “Jose’i”.

El pasado desconocido de Raquel

En 2019, su ambición creativa la llevó a incursionar en el documental, con un cortometraje de casi 20 minutos, que a su vez fue motor de una campaña solidaria para ayudar a una mujer con esquizofrenia que vivió en las calles de su barrio por más de dos décadas: “Raquel”.

Actualmente, “Raquel” puede alquilarse desde la plataforma Mowies (https://www.mowies.com/my-mowies/taniacattebeke/raquel/Dfx0XVbqu) en Paraguay. Este material fue considerado mejor cortometraje documental del Dublin Independent Film Festival, en Irlanda; así como obtuvo menciones de honor del Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos - Bajo nuestra piel, en Bolivia y en el Festival Internacional de Cinema da Fronteira, de Brasil y Uruguay. Otra decena de muestras la seleccionaron en Escocia, Irán, Argentina y México.

Como una de las directoras de la productora Picante, Tania Cattebeke ha dirigido algunas piezas publicitarias de interesante desarrollo creativo como el documental “Guaraníes de Selección – Capítulo Cuatro: Esperanza” (2016), que aborda la historia de la selección indígena de Paraguay que se consagró como campeona del mundo en el Mundial de fútbol de pueblos originarios.

Raquel Vargas, es la protagonista del documental de la directora Tania Cattebeke. Foto: Gentileza.

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