El Gobierno lanzó la campaña de vacunación de los ancianos, primero incluyendo solo a los mayores de 85 años. A medida que llegaban los inmunizantes, la fue extendiendo a los de menor edad, a los de la franja de 75 años. Como el entusiasmo con los mayores no fue muy alto, ahora se inició la tarea con los que tienen 70 años y más para abarcar más rápidamente a los septuagenarios. Con esto comienza una nueva etapa que pretende inmunizar a alrededor de 720 mil personas.
Es un paso decisivo para la población que está en situación de riesgo por su edad, aunque hasta ahora el proceso de inmunización no ha tenido el éxito que era de esperarse. El Gobierno tiene que hacer ahora las correcciones necesarias realizando todos los ajustes requeridos para hacer que se inmunice la mayor cantidad de personas. Solo así podrá asegurarse la disminución de nuevos casos de la enfermedad, lo que significará también aminorar la presión de más contagiados que necesiten tratamientos de cuidados intensivos. Como dijera alguien, “cada persona que se vacune es un paciente menos que va a necesitar terapia intensiva”. Será un paso más para la tranquilidad de las familias. Y un respiro para los servicios hospitalarios que están abarrotados.
De acuerdo con los registros de Salud Pública al 10 de mayo a la mañana, el total de personas vacunadas ascendía a 151.445 individuos, en tanto que el número de ciudadanos anotados para inmunizarse era de 278.104, mientras que el personal de salud registrado llegaba a 97.619. Por consiguiente, hasta ahora solo se ha podido inmunizar al 2% de la población nacional, lo que significa que la tarea que se tiene por delante es inmensa. Sumando a los ya vacunados con los inscriptos para aplicarse la primera dosis, se tienen 429.549 personas, lo que representa el 5,84% de la población nacional. Este sería el total de inmunizados cuando se cumpla este capítulo de la vacunación anunciada por las autoridades de Salud, de acuerdo con la llegada de las partidas de inmunizantes que han anunciado para este mes los proveedores.
El total de vacunas que vinieron al país hasta el domingo 9 de enero era de 417.400 unidades, cifra que, dividida en 2 dosis, hace 208.700. Si se hacen los cálculos con base en estos números, puede afirmarse que la disponibilidad de inmunizantes no es muy grande hasta que lleguen las partidas anunciadas para el curso de este mes.
En el supuesto de que se consigan suficientes dosis para lo que tiene proyectado vacunar Salud Pública, se tiene que mejorar mucho el sistema aplicado hasta ahora para una mayor eficiencia. No se puede pretender llegar a toda la población necesitada si no se toman las medidas requeridas, haciendo que sea más fácil y llevadero el hecho de vacunarse.
Gente del Gobierno se ha quejado de que hasta la semana pasada el número de personas que se han presentado para aplicarse la vacuna ha sido relativamente escaso y que no se están aprovechando suficientemente los inmunizantes disponibles. Aparentemente no ha habido el entusiasmo ni el interés que se estaba esperando, lo cual no es raro teniendo en cuenta la mala comunicación, los prejuicios instalados contra la vacuna en las falsas noticias seudoperiodísticas (fake news) y las dificultades propias para movilizar a los ancianos.
Una de las principales tareas para solucionar el inconveniente es realizar una buena campaña de educación y de información. No basta solo con notificar a la población sobre la disponibilidad de las vacunas, los lugares habilitados, además de las facilidades que se dan. También hay que explicar la importancia de inmunizarse y aclarar que la vacuna no tiene los inconvenientes que se han difundido sin ningún fundamento científico ni datos ciertos de la realidad.
La campaña de vacunación debe eliminar los impedimentos burocráticos y reglas raras para hacer más fácil la concurrencia de los interesados y, si es posible, hacer agradable el servicio a los ancianos que vayan a inmunizarse. Los problemas que se han apuntado en los primeros días son perfectamente corregibles y no debe dificultar ni impedir el loable propósito de cuidar y atender a los más frágiles de nuestra sociedad.