Este diario ha publicado la investigación periodística que señala que la empresa vinculada al presidente del club Olimpia está operando dentro del sistema de apuestas deportivas. Este núcleo de apuestas genera miles de millones de guaraníes en ganancias y opera con mucha área gris en materia de controles. Pero el hecho concreto es que Trovato forma parte de un sistema que hace funcionar apuestas y eso está absolutamente prohibido por las normas éticas de la FIFA.
La Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) es muy estricta en esa materia, sobre todo después de los escándalos por cohecho, lavado de dinero y fraude descubiertos en el 2015 en el caso denominado FIFAgate, por el que están acusadas decenas de personas e incluso cumpliendo condena de cárcel varios dirigentes sudamericanos.
El organismo rector del fútbol mundial establece que los futbolistas, agentes y dirigentes del balompié deben cumplir el Código de Ética, muy estricto con relación a las apuestas, juegos de azar o actividades similares. Recuerda que el artículo 26 de dicho código expresa que “las personas sujetas a este código tienen prohibido participar, directa o indirectamente, en apuestas, juegos de azar, loterías y actividades o negocios similares relacionados con partidos o competiciones de fútbol y/u otras actividades relacionadas con el fútbol”.
La investigación de este diario ha encontrado que la firma Trovato CISA, de la que es directivo el presidente de Olimpia, es dueña de la empresa FastPay, que recibe los pagos de apuestas y recargas que se hacen a través de la plataforma Aposta.La. Esta empresa de medios de pagos electrónicos (FastPay), por consiguiente, forma parte de los intereses comerciales del presidente de un club deportivo de nuestro país, con lo que se está ante un conflicto de intereses al participar en apuestas y juegos de azar vinculados al fútbol paraguayo. Lo que está expresamente prohibido para los dirigentes deportivos por el Código de Ética de la FIFA, como se ha señalado más arriba.
Desde el entorno del Sr. Trovato y desde sus voceros dirigenciales y periodísticos se trató de instalar en la víspera que solo se trataba de un método de pago, comparando incluso con los procedimientos de una telefónica. Sin embargo, tal argumento se derrumba solo porque ni el método de pago ni la telefónica son dirigentes deportivos, la persona del Sr. Trovato, vinculada a FastPay, sí lo es; por lo tanto su problema es con el Código de Ética de la FIFA, mínimamente.
Obviamente, la acusación no forma parte de los tira y afloja propios de los hinchas de los clubes. Se ha equivocado en la evaluación, pues se trata nada menos que de explicar la conducta que ha tenido frente a las exigencias del máximo organismo mundial del fútbol. Le guste o no, el presidente de Olimpia está obligado a obedecer las disposiciones de la FIFA, se esté antes o después de un partido del clásico del fútbol paraguayo. La ética es en este caso una exigencia ineludible.
Existen casos en el manejo del fútbol de nuestro país en que se ha apartado de la mesa directiva de la Asociación Paraguaya de Fútbol (AFP) a directivos de clubes que tenían relación con el negocio vinculado con los juegos y las finanzas. Justamente para llevar adelante las recomendaciones de la FIFA y no ir contra sus disposiciones éticas.
Preocupados por la gravedad del tema, 10 clubes de fútbol de la Primera División del balompié nacional dijeron ayer que pedirán por nota a la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) que investigue los nexos del presidente del club Olimpia con las apuestas deportivas. Uno de los directivos explicó que no se trata de ir contra Olimpia y lo que se pretende es el esclarecimiento de la acusación de La Nación porque, como dijo el presidente de Guaraní, “es preocupante lo que vimos y escuchamos hoy. Solicitamos una investigación y sanción, si es que se comprueba”.
Es bueno resaltar ante esta situación que las exigencias de la FIFA para el cumplimiento de la conducta ética de parte de los dirigentes del fútbol no son optativas. Son un mandato terminante que no se puede eludir.