Suciedad, descuido, vendedores ilegales de pasajes que se acercan sin ningún pudor hasta el potencial pasajero, es lo que se puede apreciar a primera vista al llegar a la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA).

En las noches, el panorama es peor, ya que niños indígenas y personas en situación de calle pernoctan apostados en los pasillos externos del edificio.

A eso se suma la inseguridad física del lugar, a consecuencia de que en marzo del 2017 la Terminal de Ómnibus de Asunción (TOA) sufrió un incendio afectando así al 30 % de las instalaciones. La terminal se cae a pedazos. Ya pasaron poco más de dos años y no se ha hecho aún ninguna mejora, pese a que las autoridades municipales anunciaron las obras de reforma y reconstrucción de la parte siniestrada.

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El director de la TOA, Jorge Peña, había anunciado que a medianos del año se empezarían las obras en su primera etapa, las cuales abarcarán el 50% de la Terminal, que incluye el 30 % del área siniestrada en el 2017 y un sector adicional, cubriendo una parte muy importante del edificio, con el fin de brindar a la ciudadanía que pasa por la terminal de un espacio seguro, adecuado y en buenas condiciones.

La ejecución de obras tendrá un costo aproximado de G. 9.000 millones que serán pagados con fondos propios de la Municipalidad de Asunción.

Sin embargo, no hay nada, ni obras ni buenas condiciones.

Desidia, negligencia, desinterés, falta de liderazgo, todo esto es atribuible al intendente de Asunción, Mario Ferreiro, por dejar por tanto tiempo abandonada esta terminal de ómnibus.

Ferreiro no puede argumentar falta de presupuesto, ya que además de contar con el apoyo de la Junta Municipal en muchos temas, llegó a emitir bonos por unos 210.000 millones de guaraníes, de los cuales ejecutó una ínfima parte. En el 2018 llegó al 8%, de acuerdo con la denuncia del ex concejal colorado y actual asesor político del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, Daniel Centurión.

No solo en la Terminal de Ómnibus de Asunción, Ferreiro demostró una total falta de gestión, sino también en otros temas, y muy importantes.

En mayo de este año, el Poder Ejecutivo emplazó por 10 días a Mario Ferreiro para que el municipio logre la concesión de tierras y el refulado total de los terrenos para la construcción de 2.400 viviendas en los bañados Norte y Sur, mediante los recursos económicos otorgados por Taiwán.

El dinero, US$ 66 millones, ya se encontraba disponible desde el pasado año y estaba destinado a la solución al problema de vivienda para aproximadamente 12 mil personas. Sin embargo, la burocracia por parte de la Municipalidad de Asunción impidió su ejecución.

Finalmente, a poco de perder dicha donación del gobierno de Taiwán, Ferreiro dio el primer paso para salvar este importante proyecto y envió al Ministerio de la Vivienda y Urbanismo (MUVH) el documento que contiene los protocolos sociales y las garantías de que la transferencia se hará con interés social.

Si bien se realizan algunos trabajos de recapado y bacheado de unas pocas calles o la limpieza de otras, Asunción sigue cayéndose a pedazos. La nula gestión es tan evidente que el intendente no puede escapar de las críticas. La ciudadanía sigue sufriendo las consecuencias de la falta de liderazgo y el desinterés que mostró desde el primer día de su asunción al cargo de intendente de la capital del país.

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