Los miembros del Equipo Econó­mico Nacional (EEN) se reunieron el lunes con un grupo de senadores para exponer qué tiene pensado hacer el Gobierno ante la coyuntura económica actual y responder las inquietudes de los legisladores. Tanto de lo que dijeron los miembros del Poder Ejecutivo presentes como de la actitud de los representantes del Senado no se pueden sacar conclusiones muy significativas, pero sirven para que la ciudadanía sepa a qué atenerse con los representantes y funcionarios que tenemos. Aunque no se puede juzgar mucho por una sola reunión, existen hechos que revelan lo que pien­san y lo que son los funcionarios y con base a ello se pueden desplegar las expectativas.

Ante una reunión tan importante en que se ana­liza la difícil situación de la vida nacional, llamó la atención de que solo participaron 22 senadores, ni la mitad de los 45 miembros titulares del Senado. Lo que habla de la importancia que estos legisla­dores les otorgan a los temas económicos de rele­vancia, sumidos como están en el mundo de la política que por lo visto es casi todo para ellos.

Por parte de los miembros del Poder Ejecutivo, las explicaciones estuvieron a cargo del minis­tro de Hacienda que, en general, minimizó las dificultades de la economía y ensayó algunas propuestas ya conocidas como la necesidad de que el Estado aumente fuertemente las inversio­nes públicas. También se refirió a la propuesta de modificar la ley de tarjetas de créditos que es un pedido del sector financiero, como si con ello pueda aumentar el deprimido consumo en el sector comercial.

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El ministro de Hacienda habló de la necesidad de hacer un cambio estructural porque el modelo económico actual está agotado y pidió, entre otras cosas, que los legisladores acompañen las iniciativas del Poder Ejecutivo para que pueda tomar más rápidamente decisiones con discre­cionalidad.

No se pueden solucionar todos los problemas del país en una sola reunión, ni mucho menos. Pero en cualquier situación hay elementos básicos que hay que reconocer para poder encarar las soluciones.

El Gobierno no debe desconocer que el con­sumo ha declinado fuertemente y en eso están de acuerdo los representantes de los supermer­cados y comercios legales, que de paso son objeto de la competencia del contrabando. La queja de este sector ya viene desde agosto pasado y existe el temor de que empeore.

Los indicadores de la actividad económica del Banco Central del Paraguay (BCP) revelan que la economía ha caído en enero y diciembre por efectos de la producción agrícola e industrial, lo que se añade a las debilidades apuntadas en meses anteriores.

Otro hecho que no se puede desconocer es que numerosas empresas industriales han solicitado desde agosto la suspensión parcial de sus acti­vidades por problemas económicos, que afecta­rían a 3.200 trabajadores.

Tampoco se puede olvidar que las exportaciones están débiles y que la reexportación, responsa­ble del 25% de las facturaciones del país, ha caído 7,4% en los dos primeros meses del año. Y ni hablar de las importaciones que hace tres meses están declinando.

Todos estos son elementos que no pueden fal­tar a la hora de hacer una radiografía actual del Paraguay para buscar soluciones. Porque cuanto más certero es un diagnóstico de la realidad es mayor la posibilidad de poder remediar los males.

Por ello no es saludable desmerecer los análisis que se hacen de la coyuntura ni minimizar los síntomas clave de las enfermedades de la vida nacional, como es la tendencia del Gobierno. Porque en la medida que no se los quiera aceptar no se podrán hallar las salidas.

El Gobierno debe hacer un esfuerzo de sinceri­dad y reconocer que la economía está con fuertes dificultades para así buscar las soluciones con el sector privado y la ciudadanía en general en un tema que nos compete a todos, aunque la res­ponsabilidad principal es de los que conducen el país. Actuar de otro modo perjudicaría las posi­bilidades de éxito.

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