Nuevos datos conocidos acerca del movimiento económico en los últimos meses indican que se van acumulando los puntos negativos que, si continúan en los próxi­mos, pueden llegar a provocar una situa­ción más preocupante. Eso sobre todo si el Gobierno no adopta las medidas que se requieren y que el sector privado está pidiendo desde hace meses: que haga rápi­das y fuertes inversiones.

El Banco Central del Paraguay (BCP) acaba de revelar que las reexportaciones tuvieron una caída del 7,4% en los dos primeros meses del año, que indica la delicada situación que está sufriendo el comercio de frontera, que es responsable del 25% del total de las fac­turaciones del país. El deterioro puede atri­buirse especialmente al problema cambia­rio de nuestros dos grandes vecinos, Brasil y Argentina, que son los principales destinos de las reexportaciones paraguayas. El hecho no deja de preocupar porque, si continúa, puede llegar a ocasionar perjuicios impor­tantes a los comercios y a los trabajadores que viven de tales negocios.

A este hecho hay que sumarle el dato de que las exportaciones de los productos indus­trializados en el país tuvieron también caí­das en el primer bimestre del año, que no es grave todavía, pero forma parte del pano­rama delicado que se está acentuando. La variación más importante es la de harina de soja, cuya exportación tuvo un bajón del 38%. Le sigue el aceite de soja, que tuvo una disminución del 8,6%, en tanto que las carnes registraron una caída del 8,1%. Las materias plásticas, así como las prendas y demás textiles, apuntaron una baja del 2,5% cada una.

Uno de los temas más delicados en este bajón de exportaciones es el de la carne, ya que tanto Argentina como Brasil han irrumpido fuertemente en el mercado, lo que hizo que disminuyeran los precios de la carne para­guaya tanto en Chile como en Rusia, que son dos de los principales compradores.

Esto puede verse en las facturaciones, pues si bien aumentaron las toneladas de las exportaciones en 0,5% y 1,2%, los montos recibidos por ellas tuvieron caídas del 9,2% y 16,8%, respectivamente. Paraguay está enviando más toneladas de carne a esos dos países, pero está recibiendo menos dinero por esas ventas porque Argentina y Brasil comenzaron a vender carne a esos dos mer­cados a precios mucho menores a los que los exportadores paraguayos les estaban fac­turando.

Así como el panorama de las exportacio­nes no es el mejor, las ventas en el mercado local no se están recuperando de las caí­das ya apuntadas en los últimos meses del año pasado. Y la continuidad de este fenó­meno puede agravar la situación hasta gene­rar despidos de empleados en los comercios legales, según alegan los empresarios del sector.

Los hombres de negocios se quejan por­que a este panorama se añade la desaten­ción del Gobierno y de los actores políticos a los temas económicos descuidando lo más importante para el país. Por eso la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP), uno de los gremios empresariales más lúcidos, encaró a algunos altos funcionarios del Gobierno pidiendo medidas urgentes para hacer frente a la actual situación. Insistió en que el Estado debe adoptar las decisiones que ayuden a hacer frente a la desaceleración económica actual.

Sus voceros dijeron que si no se toman las resoluciones que se requieren, el empeora­miento de la economía será responsabilidad de las autoridades nacionales.

En las últimas semanas, organismos del Gobierno se han reunido para analizar qué hacer en las actuales circunstancias. Pero todavía no han actuado y falta la adopción de medidas urgentes que ayuden a dinami­zar los más diversos sectores y así reactivar la economía.

No basta con decir que se harán las inver­siones, como señalaron algunas autorida­des, porque la lentitud de la burocracia esta­tal conspira siempre contra la eficiencia y la necesidad de rápidas acciones para calmar la tempestad. Hay que actuar sin esperar más y llevar adelante las inversiones en infraes­tructura que se reclaman porque son las que tienen mayor efecto multiplicador.