Con gran destaque, a toda tapa, como si fuera una información seria y responsable, Abc publicó con título catástrofe: “Sector privado cree en informe sobre Petropar”; en título aclaratorio y en letra chica, la famosa letra’i de los estafadores, especifica un tanto menos escandaloso en decibeles “Gremio de servicentros y de distribuidores coinciden en que no les sorprenden las anomalías denunciadas por el interventor Arregui”, el que iba a dilucidar si había habido matufia en el traspaso de los depósitos públicos en el Banco de Fomento a bancos privados, lo que está expresamente prohibido por ley. Pero, conocido por su mala memoria, sobre todo al respecto de su no tan lejano pasado como fiscal de delitos económicos, mala memoria que parece haber alcanzado al gobierno y a su coyuntural aliado, Abc.

Tampoco ni el uno ni el otro se acordaron de preguntar sobre los precios de los combustibles inflados en el Petropar de Patricia, cuando en todo el mundo estaban bajando, lo que dio un margen de ganancia notable a los gasolineros y, como contrapartida, una notable pérdida, por el encarecimiento al “sector privado”, el que según Abc “cree en el informe de Petropar”, que se ha olvidado del perjuicio que recibió el sector privado con el encarecimiento en tiempos de abaratamiento universal.

Revisando las páginas interiores, se puede constatar que los entrevistados del sector que “creen” son dos, dos empresas, ni más ni menos. ¿Se reduce a dos voceros “el sector público”, un poco censurado.

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Claro que no tanto si tenemos en cuenta que el Grupo Zuccolillo tiene gran interés en el sector. En fin, son tres “sector privado” los que creen en informe de Petropar. Ni más ni menos, al menos en la información que el diario ofrece.

Como agravante resulta que Abc se olvidó de todo el resto del sector público; los que recibieron el aumentazo, la disparada de precios y demás efectos de la suba de los combustibles no cuentan ni como comparsa.

Como contrapartida, leyendo las declaraciones de representantes de todo el sector público, no de tres exclusivos opinantes de élite, sí hubo un consenso del sector privado, desde los empresarios a los trabajadores, no por “creencia”, es decir, por fe, sino porque les tuvieron metiendo alevosamente la mano en el bolsillo sin dar ninguna explicación. En principio ese era el objetivo de la auditoría, con el añadido de investigar a la administración anterior que, al menos públicamente, hasta ese momento no tenía acusación por aumento abusivo del precio de los combustibles, ni por retiro de una millonaria suma del Banco de Fomento a bancos privados, con el consecuente beneficio que eso conlleva.

En este caso, al parecer era una acción de altruismo para aligerar el peso del Banco de Fomento.

Hasta aquí la información desinformada claramente, ya que apenas había dos representantes “creyentes”, lo que no es cifra representativa para establecer que “el sector privado cree en informe” de Petropar.

En fin, que no era el sector privado en general el “creyente” en “el informe sobre Petropar, ni siquiera un sector representativo del gremio, aunque se puede deducir y constatar que en ese ámbito no hubo protestas, ya que el aumentazo alcanzó más o menos a todos los gasolineros, convertidos hoy, por gracia y omnipotencia de tres de ellos, el Grupo Zuccolillo y otros dos; lo que hace más que creíble que no protestaron y que creyeron a pies juntillas, pues estuvieron entre los beneficiados del Patriciazo.

Desde luego cree en la administración Patricia que ha hecho ganar a los gasolineros, esos que componen el sector privado cuyo apoyo al incremento de sus ganancias, a costillas del “sector privado” sin duda, no les pareció ni parece ni parecerá una irregularidad; así que no es de extrañar que para el Abc de los Zuccolillo, ellos y otros dos componen el “sector privado”.

Lo que pasó aquí es que el sector privado, efectivamente, elevó su voz de protesta por el Patriciazo, a través de todos los medios, las redes… radio so’o y demás.

Y que la tragada quedará impune, así como están las cosas, y tal como se dio el Patriciazo al bolsillo nacional del “sector privado”, no al bolsillo del “sector privado” de Abc y los gasolineros. Sin olvidar, claro está, el bolsillo de Arregui, que andaba medio camuflayado en la municipalidad bajo el cargo de concejal y que se habría incrementado notablemente en esta seria creencia de este cierto “sector privado”.

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