El caso denunciado ayer por la investigación de La Nación/GEN desnuda ciertas debilidades para ejercer un efectivo con­trol sobre importantes sumas de dinero. Las laxas supervi­siones de entidades como la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad) o de la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar), que no ejerzan estrictos con­troles sobre las casas de apues­tas deportivas, pueden servir para lavar dinero, según mani­festó una fuente de la Sepre­lad consultada por La Nación.

Esta situación se genera a raíz de una investigación reali­zada por nuestros medios en que la firma Trovato CISA, de la familia de Marco Trovato, presidente del club Olimpia, aparece como la propietaria de la firma FastPay, plata­forma vinculada a los pagos electrónicos de las apuestas deportivas de nuestro país, cuyo derecho de explotación lo posee la empresa Aposta.La. La presente investigación muestra cómo un esquema que genera millones de dóla­res al año opera sin control alguno y tendría vinculacio­nes muy cercanas con la diri­gencia deportiva nacional.

La fuente destacó que “Cona­jzar es la que debe fijar las reglas claras para las casas de apuestas deportivas y si la misma no tiene un estricto control se podría estar lavando muchísimo dinero”. Agregó que la referida ins­titución tiene que tener un esquema de control para supervisar las apuestas, pero si eso no funciona se corre el riesgo de que se lave dinero.

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Recordó que la Conajzar no solo es la encargada de la supervisión de las apuestas, sino también forma parte del sistema antilavado y cualquier movimiento raro que se tenga deberá informar para que se activen todos los mecanismos y se denuncie ante las institu­ciones que correspondan.

Tanto el actual titular de la Conajzar, José Antonio Ortiz, así como el de la Seprelad, Carlos Arregui, que ayer no brindaron declaraciones a la prensa sobre este asunto, deberán ahora analizar todos los puntos publicados para realizar las averiguaciones correspondientes y si existe irregularidad deberán inves­tigar y denunciar ante las ins­tituciones que correspondan.

Por ahora, la conducta de Trovato solo constituye una falta al Código de Ética, tanto de la APF como de la FIFA, que prohíbe expresamente a dirigentes deportivos man­tener vínculos con casas de apuestas.

LAS VULNERABILIDADES DEL SISTEMA

En el caso de las apuestas permitidas en la empresa Aposta.La, el monto límite es de 3.000 dólares, suma que es inferior a la exigencia de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero (Seprelad), que es de 10 mil dólares, cuya transacción admite o debe ser informada a la citada institución. Esta cifra es apenas una operación de las miles que se hacen; pero en una casa de apuestas no hay límites, solo el del bolsillo del apostador.

Otro aspecto que supone una gran debilidad tiene que ver con la identidad de los apostadores: no es necesario presentar ningún documento de identidad para realizar las operaciones que gene­ralmente se hacen vía web o aplicación. Basta con un alias o nick para completar operación.

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