París, Francia | AFP |

El Dakar vivirá en 2018 su décima edición consecutiva en Sudamérica, un matrimonio que el director del mítico rally-aventura, Etienne Lavigne, calificó como "fantástico", este miércoles en una entrevista con la AFP, en donde admitió que Paraguay fue uno de los candidatos, lo calificó de país "apasionante", pero lo descartó para un Dakar que cruce toda Sudamérica.

Este miércoles se presentaron en París las líneas maestras de la edición de 2018, con el regreso de Perú tras su ausencia desde 2013 y Argentina y Bolivia repitiendo un año más en el trazado. La prueba comenzará el 6 de enero en Lima y terminará el 20 del mismo mes en Córdoba.

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Será la décima edición en Sudamérica, después de que el Dakar de 2008 fuera suspendido a última hora por las amenazas de atentados en el norte de África y se buscara una nueva casa para el evento.

Pregunta: El rally Dakar llegará en 2018 a su décima edición en Sudamérica, ¿cuál es el balance de esta década?

Respuesta: Hace diez años que trabajamos en el continente. El Dakar en Sudamérica es fantástico, es una experiencia única. Hemos realizado recorridos de excepción, recorridos fantásticos y hemos estado en países apasionantes como Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Paraguay. En el gran libro de ruta tenemos una experiencia fantástica, con una perfecta organización. Han sido diez años de entusiasmo y de pasión.

P: ¿Cómo ve el Dakar antes de su edición de 2018?

R: Pienso que va bien. Hay una conjugación de factores muy importantes para apoyar la prueba, comenzando por las ganas de los países de recibirnos, ya que sigue siendo un acontecimiento particularmente interesante para ellos, en términos del eco económico y mediático. Existe una verdadera voluntad de su parte. Chile y Paraguay eran por otra parte candidatos para la edición 2018. Y más generalmente, el Dakar provoca siempre entusiasmo. En Bolivia, este año, hubo 800.000 personas en la jornada de descanso. Son cosas que no se ven a menudo en el deporte mecánico. Los participantes también tienen ganas de venir a correr. En moto es muy fuerte: se rechazan muchas candidaturas cada año y partimos en general con entre 180 y 200 motoristas. En auto, también. Pienso que la perspectiva de esta edición en parte peruana va a interesar. Y las nuevas reglas de navegación aplicadas este año también van a endurecer la carrera y aumentar el interés.

P: ¿Cuál es la principal dificultad de esta edición?

R: El regreso del tríptico andino con Perú, Bolivia y Argentina, y sus tres geografías diferentes. Hay primero una gran banda de arena desértica en Perú, con lo que el clima es muy agradable, pero donde los recorridos son muy técnicos. Después, un entorno más austero con el Altiplano boliviano, con meteorología complicada y bellos tramos cronometrados. Y por último llega la parte argentina, con hasta 47 grados en carrera, y muy largos tramos cronometrados. Con tal disparidad, la clave de esta carrera será adaptarse a cada jornada de competición.

P: ¿Por qué una llegada en Córdoba y no en Buenos Aires?

R: Es la segunda ciudad de Argentina, y hay una voluntad muy fuerte de los locales por recibir una llegada del Dakar, que ya ha pasado varias veces. Son verdaderamente fanáticos de este tipo de competición, es una tierra de aficionados. Y sobre todo en la región de Córdoba, hay un macizo de media montaña donde se desarrolla la etapa del Mundial de rallies, que nos interesa, ya que se pueden hacer allí tramos cronometrados de varios cientos de kilómetros. Ello permite por lo tanto tener un interés deportivo mantenido hasta el último tramo cronometrado del último día, antes de la ceremonia del podio. No era verdaderamente el caso en Buenos Aires, donde se franqueaba desde La Pampa.

P: Chile y Paraguay estuvieron en el pasado y no estarán en el recorrido de 2018, ¿se espera que regresen en una próxima edición? ¿se estudia llegar a nuevos países en Sudamérica?

R: Tenemos el sueño de organizar en el futuro, cuando la situación permita organizarlo, un Dakar entre Santiago de Chile y Colombia, por ejemplo llegando a una ciudad como Cartagena (de Indias), para así atravesar el continente. En ese rally con el que sueño tendríamos a Chile, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador y terminaríamos en Colombia. Es un sueño que tengo como organizador. Un sueño ambicioso, pero si un día tenemos la posibilidad de armar este tipo de rally, yo voy a intentar que se consiga.

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