Carlos Tejada y Ben Casselman

Hong Kong

El 1 de enero, China tomó medidas para inyectar más dinero a su sistema financiero, una insinuación de que Pekín aún tiene inquietudes sobre su lento crecimiento a pesar de las señales de que la segunda economía más grande del mundo se estaba estabilizando.

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El banco central chino, el Banco Popular de China, anunció que inyectaría alrededor de 115.000 millones de dólares a la economía permitiendo que los bancos presten más dinero. La maniobra llega después de una medida similar en setiembre.

AUTORIDADES ALERTAS

Es posible que este cambio desvíe la atención de nueva cuenta hacia la salud de la economía china, una de las principales fuerzas impulsoras del crecimiento económico mundial. La medida es relativamente modesta si se considera el gran tamaño de la economía china, pero el momento en que ocurre sugiere que las autoridades del país están muy alertas por si surge nueva evidencia de una desaceleración.

Las autoridades chinas están haciendo frente al ritmo de crecimiento más lento que se ha visto en su país en casi tres décadas. La desaceleración de China ha tenido repercusiones en la economía mundial. El otoño pasado, Alemania evitó por poco una recesión y su sector manufacturero ha caído en picada en parte debido a la poca demanda de China. Otras naciones europeas también han percibido un crecimiento lento y una contracción en sus sectores industriales.

DECLIVE EN EL COMERCIO

Las dificultades de China se han propagado a una buena parte del resto de Asia, donde es la economía dominante, y también a África y Latinoamérica, zonas que cada vez dependen más de las inversiones chinas. Australia, país que ha experimentado un auge prolongado gracias a la demanda china de sus recursos naturales, está viendo amenazada su racha de crecimiento.

Asimismo, los fabricantes estadounidenses han tenido problemas por la poca demanda global, lo cual ha exacerbado el declive en el comercio a causa de las diversas disputas comerciales del presidente Trump.

Otros bancos centrales importantes también han tomado medidas para apuntalar sus economías. Hace unos meses, el Banco Central Europeo anunció su propio paquete de estímulos: un total de 20.000 millones de euros al mes, o casi 25.000 millones de dólares con los actuales tipos de cambio. En Estados Unidos, la Reserva Federal redujo las tasas de interés en tres ocasiones el año pasado para evitar que la desaceleración en la manufactura se extendiera al resto de la economía. Hay decenas de otros bancos centrales en todo el mundo que han tomado medidas similares.

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