Stephen Grocer

Antes de empezar 2019, los analistas de Wall Street tenían buenas razones para preocuparse por el impacto de los mercados internacionales en las ganancias de las corporaciones estadounidenses. Hasta el momento, parece que no se preocuparon lo suficiente. Se ha creado una gran división relacionada con el desempeño entre las empresas con mayor exposición al resto del mundo y las que se concentran principalmente en Estados Unidos.

En las empresas en el S&P 500 que generan más de la mitad de sus ingresos en el extranjero, las ganancias del primer trimestre cayeron un 12%, de acuerdo con datos de John Butters, el analista principal de ingresos en FactSet. En contraste, los ingresos de las firmas que generan la mayoría de sus ventas en Estados Unidos crecieron un 6%. Estas suertes divergentes son un reflejo de la economía global.

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Tras meses de lamentos sobre una inminente recesión a finales del año pasado, la economía de Estados Unidos demostró tener una resiliencia sorprendente durante los primeros tres meses del 2019, con un ritmo de expansión del 3,2%.

Sin embargo, en el extranjero, el panorama económico fue más sombrío. La desaceleración en China exacerbada por el aumento de las tensiones comerciales con Estados Unidos ha resonado en todo el mundo. Alemania, la economía más grande de Europa y una que cada vez depende más de su relación comercial con China, ha estado al borde de una recesión. La tortuosa retirada del Reino Unido de la Unión Europea ha afectado la economía del país, así como la de buena parte del resto de Europa.

No causó ninguna sorpresa que, entre las grandes firmas multinacionales de Estados Unidos, la caída de los ingresos fuera más aguda en las que tienen una mayor exposición a la economía mundial. Las firmas tecnológicas en el S&P 500 han estado en el centro de la disputa comercial y las ganancias de esas empresas disminuyeron un 7% durante el trimestre. La gran responsable de esta situación es Apple, la cual representó alrededor del 40% de ese declive.

Los ingresos para los fabricantes estadounidenses de semiconductores, los cuales dependen de las redes chinas de producción y generan una gran porción de sus ventas en aquel país, cayeron un 20% durante el primer trimestre. La división puede persistir a medida que el gobierno de Trump intensifique la guerra comercial. Ahora, los analistas de Wall Street pronostican que las ganancias de las empresas con la mayor exposición en el extranjero caigan 1,4% en el 2019, en comparación con un aumento del 6% para las empresas que se enfocan en el mercado nacional.

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