David E. Sanger, Katie Benner y Matthew Goldstein

Washington – El Departamento de Justicia reveló acusaciones de gran envergadura en contra de Huawei, la firma de telecomunicaciones de China, y su directora financiera, Meng Wanzhou. Los cargos describen cómo durante una década la empresa intentó robar secretos comerciales, obstruir una investigación criminal y evadir sanciones económicas impuestas a Irán.

Los dos autos de procesamiento llegan en medio de una campaña generalizada y agresiva de Estados Unidos para boicotear al fabricante más importante de equipo de telecomunicaciones de China. Desde hace tiempo, los funcionarios estadounidenses sospechaban que Huawei estaba trabajando para potenciar las ambiciones mundiales de Pekín y socavar los intereses de Estados Unidos, por lo que han comenzado a tomar medidas para detener su presencia internacional.

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Los cargos enfatizan la determinación de Washington por demostrar que Huawei representa una amenaza para la seguridad nacional y convencer a otras naciones de que no se puede confiar en la empresa para construir la siguiente generación de redes inalámbricas, conocida como 5G. Los autos de procesamiento, basados en parte en correos electrónicos internos de la empresa, describen una conspiración para robar equipo de prueba de los laboratorios de T-Mobile en Bellevue, Washington.

También citan memorandos internos, obtenidos de Meng, que, de acuerdo con los fiscales, la ligan a un elaborado fraude bancario que benefició económicamente a Huawei al evadir las sanciones a Irán.

El fiscal general interino, Matthew G. Whitaker, flanqueado por los líderes de varias agencias del gabinete, mencionó que Estados Unidos iba a hacer lo posible para que Canadá extraditara a Meng, donde fue detenida el año pasado a petición de Estados Unidos.

Meng es la hija del fundador de Huawei y una de las empresarias industriales más poderosas del país. Su arresto ha escandalizado al gobierno chino, el cual desde entonces ha arrestado a dos canadienses, en aparente represalia. Ahora, el auto de procesamiento pone a Canadá en una posición política delicada: debe decidir si extradita a Meng para que enfrente los cargos por fraude o si toma una determinación legal o política de enviarla a Pekín.

En un comunicado del 29 de enero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China solicitó a Estados Unidos y a Canadá dejar a Meng en libertad.

Un vocero de Huawei, Joe Kelly, señaló que la empresa “no está al tanto de que Meng haya cometido ningún delito y cree que con el tiempo los tribunales estadounidenses llegarán a la misma conclusión”. La empresa también negó haber violado las leyes de Estados Unidos.

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